“Aprendí que es imposible cuidar sin aprender algo”
Los cuidadores y las cuidadoras además de contar con sus derechos ciudadanos, tienen otros derechos que se derivan de los cuidados que brindan.
Entre los principales: dedicarle tiempo a ellos mismos sin tener sentimientos de culpa; experimentar sentimientos negativos por ver a su familiar enfermo; solicitar información, sobre todo aquello que no comprendan.
Es importante que los cuidadores busquen soluciones a problemas que se ajusten a sus necesidades y a las de sus familiares. De igual manera, los cuidadores deben ser tratados con respeto por aquellos a quienes se les solicita ayuda.
El cuidador es un ser humano que puede equivocarse, pero deben ser reconocidos como miembros valiosos de la familia y de la sociedad.
Todo cuidador debe aprender a disfrutar del tiempo para aprender, a expresar sus sentimientos y poner límites a las demandas excesivas, a cuidar de su futuro.
Cuidar a un familiar adulto mayor es una experiencia valiosa y compleja, habrá momentos difíciles, solitarios e ingratos; pero también habrá momentos conmovedores y de gran satisfacción. Es una experiencia que permite a los cuidadores y cuidadoras descubrir cualidades y aptitudes que desconocían hasta ese momento, que los pone a prueba frente a situaciones difíciles que logran afrontar cuando recuerdan que están cuidando a un ser querido. Eloy, un cuidador familiar (24 años) manifiesta: “Aprendí que es imposible cuidar sin aprender algo”. Con el cuidado generamos también aprendizajes para la vida, por esa razón te invito a terminar este artículo haciendo un breve y sencillo ejercicio de reflexión: ¿Qué aprendió hoy al cuidar a su familiar?