A lo largo de la historia, las mujeres han sido consideradas como el sexo débil. Pero este estigma ha perdido fuerza con el pasar del tiempo. Ellas  han demostrado que son capaces de hacer lo mismo o incluso más que los hombres.

Durante muchas generaciones a las niñas se les ha hecho creer que solo deben jugar con muñecas y vestir de rosa. Pero esos pensamientos quedaron en el pasado.

 La ecuatoriana Doménica Azuero, a los siete años supo que su verdadera pasión era su bicicleta  BMX.

A pesar de haber sido parte de una academia de ballet y modelaje, ella prefirió este deporte extremo.

Azuero tiene 15 años practicando esta disciplina. Su historia comenzó desde muy pequeña. “Todos los días cuando iba a la escuela, pasaba por una pista de ciclismo. Eso llamaba mi atención, hasta que un día les pedí a mis padres que me llevaran”.

Ellos la apoyaron, aunque al principio tenían miedo de que “Dome” como la llaman, se lastimara.

Su mayor reto fue superar los comentarios que le hacían sus compañeros de escuela, que aunque eran unos niños, muchas veces la discriminaron por no seguir los estereotipos que la sociedad establece.

“En nuestros entornos sociales hay pocas prácticas que pueden ser tanto de hombres como de mujeres. Por lo general están establecidas para cada género.

Si alguien se sale de ese molde se lo considera como una especie rara, generando una sensación de miedo o rechazo hacia la persona”, dice Jonathan Lucero, docente e investigador.

Doménica siempre fue fuerte e independiente. Ser así le ayudó a seguir con la práctica de bicicrós, un deporte que en ese entonces, era considerado solo para hombres.

En el 2014 viajó a Rotterdam (Holanda) y ganó el primer premio en la categoría juvenil en el Campeonato Mundial de BMX. Además es 11 veces campeona panamericana invicta y el pasado 29 de mayo ganó una medalla de oro en los Juegos Sudamericanos. Todo gracias a la disciplina y tesón que le pone a cada entrenamiento. (I)