Roberto García es entrenador de apnea y cuando empezó la emergencia sanitaria por el coronavirus se quedó sin un ingreso fijo. Él guiaba a un grupo de apneístas de Guayas, quienes le pagaban directamente por sus servicios, después de que la Federación Ecuatoriana de Deportes Subacuáticos lo despidió en agosto de 2019.

García quedó fuera de la institución después de un cambio de directiva. Pese a eso, él siguió ligado al grupo de deportistas. “Cuando me sacaron acordamos con la Federación Ecuatoriana que mantengan el acuerdo que tenían con Fedeguayas para el uso de la piscina olímpica para seguir entrenando con los chicos y ellos pagaban la piscina, de ese pago un porcentaje era para mí”, relata el técnico de apnea.

Pero en enero pasado la Federación rompió el acuerdo con Fedeguayas, por lo que le dijeron a él y a su grupo de deportistas, que no podían seguir practicando en ese sitio. “Nos querían botar, pero gracias a la gestión que realicé personalmente mantuvimos el acuerdo y no nos sacaron de la piscina, pero ahora los chicos me pagaban directo a mí y yo me encargaba de pagar las instalaciones y las demás gestiones que nos pedían para entrar. Con la llegada de la emergencia todo se estancó y yo me quedé sin ingresos”, agregó García.

Por eso tuvo que buscar otras alternativas para subsistir durante la cuarentena. En principio pasó por su cabeza vender frutas a domicilio y aunque le pareció una magnífica idea, la desechó porque se dio cuenta de que el ecuatoriano no es buen consumidor de frutas. Hizo un sondeo entre sus conocidos y los resultados no fueron alentadores; tuvo pocos pedidos.

Por eso se inclinó por la preparación y venta de pizzas a domicilio. A medida que iba creciendo la demanda, Roberto fue descubriendo otras líneas de negocio: empezó a comercializar también por separado la masa y la salsa de pizza que él mismo prepara.

“Empecé haciendo pizza para consumo personal, mi novia lo publicó en sus redes sociales y sus contactos comenzaron a preguntar dónde la habíamos comprado. Vimos el impacto que tuvo en las personas, entonces lo posteé también ya promocionando la venta y comenzaron a hacer pedidos”, relata con emoción.

Fue así como empezó el negocio hace un mes. Al principio tenía pedidos de seis a ocho pizzas a la semana, pero ahora entrega de 10 a 14. Su objetivo es que el negocio siga creciendo y tenerlo como un ingreso paralelo cuando se reanuden las actividades y pueda volver a entrenar a su grupo.

Ahora cuenta con una mejor receta para la salsa y “a la gente le gusta el producto que entregamos, ya tenemos un nombre para el negocio: Ro’s Pizza y estamos haciendo más publicidad para atraer al público”.

Roberto García fue el entrenador del equipo que en julio del año pasado logró el segundo lugar en el VII Campeonato Panamericano Indoor de Apnea que se desarrolló en Santiago de Chile. En ese torneo, la delegación nacional se colgó 13 medallas: tres de oro, cinco de plata y cinco de bronce.

Roberto preparaba este 2020 a sus deportistas para el campeonato mundial que se iba a realizar en Serbia. La Federación tenía programados varios campeonatos clasificatorios para este evento, pero solamente se pudo realizar uno, en el que María Verónica Córdova, pupila suya, cumplió con la marca establecida para poder obtener el cupo al mundial, pero la pandemia lo frenó todo. (I)