Por Luis Cheme, enviado especial a Santa Marta

La reacción fue inmediata. Apenas el juez central del combate lo dio como ganador, Lenín Preciado buscó en las gradas del coliseo del Colegio Normal María Auxiliadora a Roberto Ibáñez, su exentrenador y ahora funcionario del Ministerio del Deporte.

Cuando logró identificarlo en medio de la multitud que presenció el combate, levantó sus brazos y lo apuntó con sus dos dedos índice a modo de dedicatoria.

Minutos después, más calmado y menos eufórico, le dedicó públicamente la medalla de oro en judo 60 kilogramos, la segunda presea dorada para Ecuador en los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017.

Ibáñez le habló durante toda la pelea, que duró no más allá de 10 minutos. Le pedía concentración y que fuera más agresivo. Le insistía en que no bajara la guardia.

Pero Preciado estaba decidido a vencer al colombiano John Futinico y a silenciar al público local. Y lo hizo con la determinación de quien no escatima esfuerzos para conseguir sus objetivos.

Preciado lució seguro sobre el tatami bolivariano. Tuvo el control del combate desde el principio y también contó con el apoyo de sus compañeros de equipo desde las gradas. “Este es mi primer oro bolivariano. En Trujillo 2013 se me escapó, así que me mentalicé para que eso no vuelva a ocurrír”, dijo un emocionado Preciado después del combate.

Su principal objetivo es clasificarse a los Juegos Tokio 2020, por lo que esta medalla dorada marca un gran inicio en este nuevo Ciclo Olímpico. “Le dedico esta medalla a mi familia, que me sigue en El Oro; a mis compañeros, que no dejaron de alentarme; y a mis entrenadores, que me tienen mucha paciencia; y por supuesto, a Roberto Ibáñez, por quien soy lo que soy”, dijo el deportista ecuatoriano.

El orense llegaba como favorito al tercer día de combates. Y no decepcionó. En su primer duelo frente al boliviano Diego Manrique ganó por ippon en apenas 30 segundos. En la siguiente pelea por la semifinal repitió la victoria ante el dominicano Helmer Ramírez, ante el cualtambién mostró superioridad. Así quedó listo para ir por el oro frente al local Jhon Futinico, quien intentó darle dura lucha apoyado en su gente; pero Lenín está para grandes cosas y terminó llevándose la dorada.

El momento más emotivo fue la premiación. Preciado contuvo las lágrimas mientras sonaba el Himno Nacional de Ecuador.

El judoca hinchó el pecho y mantuvo siempre la mirada sobre una bandera tricolor que uno de sus compañeros desplegó en las gradas. (I)