Haber clasificado a los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015 ha sido el mayor logro del nadador esmeraldeño Piero Molina. Gracias a sus tiempos en las distintas competencias en los últimos 2 años, obtuvo su cupo para la cita que reúne a atletas del caribe, del sur, centro y del norte de América.

Desde los 2 años, el ecuatoriano vive en Palma de Mallorca (España) junto a sus padres Gustavo y Nubia Pazmiño. Ellos tomaron la decisión de emigrar porque en el país no existían prótesis que le ayuden a caminar con normalidad, debido a la malformación con la que nació en sus piernas. En las Islas Baleares descubrió la natación en 2010. “Estaba en el colegio y conocí a un niño con discapacidad y su madre le comentó a la mía que había una escuela de natación y me inscribí”, comentó en diálogo telefónico con EL TELÉGRAFO durante su estadía en Esmeraldas, donde visitó a sus familiares.

Afirmó que en España el deporte paralímpico tiene mucho apoyo. Él forma parte del ‘Swim Team’, en el Centro de Tecnificación de las Islas Baleares, que lo integran más de 20 atletas. Desde hace 2 años entrena con Tony Pomar, quien es especialista en formar a nadadores. “Mi técnica y capacidad física han mejorado y estoy contento con la evolución”, dijo el deportista de 15 años.

Piero entrena 2 horas al día a excepción de los martes y viernes, que practica a doble jornada. Toda esta preparación la combina con sus estudios en el mismo Centro de Tecnificación. Acomodó sus horarios para poder realizar ambas actividades.

Junto a Pomar practica los 4 estilos de este deporte: pecho, libre, espalda y mariposa, pero espalda es el que más le gusta, porque al estar boca arriba, puede respirar sin mayores dificultades, en los otros métodos debe contener su respiración.

“El más complicado es pecho, porque allí se necesita empujar con las piernas, y yo no puedo hacerlo”.

Sus primeros Parapanamericanos

El 2013 representó a Ecuador en los Juegos Juveniles Parapanamericanos de Buenos Aires, en Argentina. Allí obtuvo 4 medallas de oro y 1 de bronce. Sus mejores resultados los consiguió en las pruebas largas, pues se considera un fondista. “Los 400 metros es la prueba en la que más cómodo me siento. Prefiero aguantar que ir rápido en prueba corta”.

Ese mismo año le informaron que podía participar en los Juegos Parapanamericanos de Canadá 2015, y Piero se mentalizó ese objetivo.

“Entrené fuerte el verano para lograrlo. Estuve muy contento cuando me dieron la noticia, porque es lo más importante que he hecho”.

Está emocionado con demostrar sus capacidades contra los mejores deportistas americanos en Toronto.

Durante las competiciones, Piero se relaja, piensa solo en la prueba y su rendimiento, no se preocupa por los rivales. Ese poder mental le permite obtener resultados. “Antes me ponía muy nervioso y cometía errores, ahora ya estoy más preparado”, comentó el esmeraldeño.

La familia es su mayor soporte

Piero viajó a Ecuador junto a su padre Gustavo para visitar a familiares en Sto. Domingo y Esmeraldas, pero retornó a Palma de Mallorca, donde se encuentran su madre Nubia y su hermana menor Laura, de 8 años.

Laura siempre lo respalda. “Agradezco de corazón que mi familia me respalde; siempre es bueno tener su apoyo”, comentó Molina, que visitó a su tía Claudia.