El triatlón le da libertad y tranquilidad a Pablo Vallejo
El triatleta ecuatoriano con discapacidad Pablo Vallejo perdió la pierna izquierda por un tumor en la rodilla que desencadenó en un cáncer, cuando tenía 16 años. Una vez superado ese duro momento incursionó en el deporte para practicar disciplinas como el triatlón y el Ironman 70.3, que contemplan ciclismo, atletismo y natación de largas distancias.
A través de ambas actividades fue que Vallejo encontró “libertad, tranquilidad y respaldo”, contó el deportista en una entrevista con diario EL TELÉGRAFO, en la que reveló también las dos últimas proezas al completar 53,4 km en dos competencias: el triatlón de Nueva York (EE.UU.) y el Ironman 70.3 de Manta (Ecuador).
Además de lograr esos dos sentimientos, el triatleta quiteño, de 34 años, recibió apoyo de su familia, amigos y su equipo técnico (entrenadores, fisioterapeutas, nutricionistas), para seguir en una actividad que lo atrapó y planea continuar hasta llegar a sus principales objetivos, como son clasificar a los Paralímpicos de Tokio 2020.
Para correr, nadar y ciclear en eventos que ponen a prueba el estado físico y mental de los competidores, Vallejo encontró en su familia -conformada por su esposa María José González, sus hijos (Joaquín, de 9 años, y Alegría, de 5) y sus padres- el impulso adecuado. “Ellos me motivan a continuar estas locuras y sueños que nos hacen grandes”.
De la mano de su entrenador, Alexander Salazar, Pablo retomó hace cinco años la práctica de la natación, que siempre fue su fuerte, pero en aguas abiertas, luego buscó las opciones para iniciarse en el paratriatlón y desde el año pasado realiza las tres disciplinas por sí solo.
En Nueva York terminó en tercer lugar de su categoría con un tiempo de 3 horas y 50 minutos; y en el Ironman, junto con el equipo Romp Actitud Sport -integrado además por Sebastián Carrasco, quien utiliza una silla de ruedas, y David Krupa, también con una amputación- hicieron un tiempo de 7 horas entre los tres deportistas, finalizando en el segundo puesto.
Antes del Ironman, Pablo corrió el triatlón en EE.UU., al que fue invitado por la fundación internacional Achilles, que busca fomentar y desarrollar las disciplinas deportivas en personas con discapacidad. “Fue un evento súper interesante, y lo que hace la fundación es algo que queremos replicar en el país”.
Vallejo recordó lo que fue la carrera estadounidense, que se disputó el pasado 1 de julio y en la que cubrió 1.500 metros de natación en el río Hudson, 40 km de ciclismo en la vía paralela al malecón del mismo río y 10 km de atletismo en Central Park.
“Fue una carrera con varios matices, porque en la natación y el ciclismo me sentí muy bien, tanto que terminamos en los primeros lugares en mi categoría, pero en el atletismo nos complicamos porque nos cayó la ola de calor, tuvimos una sensación térmica de 46 grados con un 80% de humedad. Fue algo súper extremo”.
Su esposa lo respaldó y estuvo con él en las tres pruebas del evento estadounidense. “Si yo hice 10 kilómetros en atletismo ella hizo 50 km por ejemplo”, recordó entre risas el “tricolor”.
“Finalizada la prueba, el objetivo era terminar, hacerlo sanos y en buenas condiciones, ya el tercer puesto vino por añadidura”, remarcó, y con la medalla de bronce en el bolsillo, Vallejo se mentalizó en el Ironman 70.3 Ecuador, una prueba que desarrolla 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo y 21,1 km de atletismo.
“Era un reto importante para este año por el nivel de competencia que se encuentra ahí y más que nada porque es la prueba más importante que tenemos en el país a nivel de triatlón de larga distancia. Entonces, quedarse fuera de esta prueba no estaba en mis planes”, dijo el también ingeniero geógrafo.
Vallejo nadó los 1,9 km de la natación de aguas abiertas con el equipo Romp Actitud Sport y completó la distancia en 33 minutos. “Un buen tiempo considerando las condiciones del agua que estuvieron fuertes, puesto que tuvimos una ‘lluvia’ de aguas malas -de medusas- y que al final nos complicaron un poco, pero supimos terminar de buena forma”, añadió el atleta de 34 años.
Fuera del deporte y como ingeniero geógrafo se dedica al manejo del departamento técnico de la compañía Representaciones Hidrocentro, que es la empresa de su familia. “La verdad es que la geografía con el deporte no van mucho de la mano, pero aprovechamos mucho el tema de los viajes por las competencias para visitar a nuestros clientes y, al mismo tiempo, cumplir con nuestras metas empresariales”.
Entre los objetivos que tiene dentro de su carrera deportiva están conseguir el aval internacional para el tema de paratriatlón, obtener el permiso de competidor ITU (Unión Internacional de Triatlón, por sus siglas en inglés), que es lo que ahora lo motiva más, clasificar a los Parapanamericanos de Lima en 2019 y lograr un cupo para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. (I)