Ortiz y Holguín asumen como terapia el deporte
En la pista del Parque Bicentenario y bajo un sol canicular, los paraciclistas Patricio Holguín y Esteban Ortiz cumplieron ayer el último entrenamiento en Quito de cara a los sextos Juegos Parapanamericanos Lima 2019, que finalizarán este domingo.
El asfalto del exaeropuerto quiteño fue testigo de cómo los “tricolores” movían sus brazos para alcanzar una velocidad promedio de 35 kilómetros por hora -pueden llegar a 80 km/h- en sus handcycle (bicicleta de mano) con las que competirán en las pruebas de contrarreloj y ruta, este viernes y domingo, respectivamente.
Hace 10 años Holguín perdió el movimiento de las piernas en un accidente de motocross y en principio no quería saber nada de ninguna actividad, pero con el apoyo familiar y la autoestima que tiene “cambió el chip” y dijo: “Voy a disfrutar y a sacarle el jugo a la vida”, manifestó a EL TELÉGRAFO.
A partir de esa nueva actitud tiene una filosofía: “Agradecer por lo que la vida me da y no quejarme por lo que me quitó”, señaló el quiteño, quien representará por primera vez a Ecuador en este tipo de citas continentales. “Nunca me imaginé tener este privilegio y honor”.
Ambos atletas paralímpicos, cada uno con 51 años, asumieron como una terapia la práctica activa de deportes como el tenis o el baloncesto en silla de ruedas, y ahora el ciclismo, para enfrentar el golpe que significó esta nueva etapa de sus vidas.
Un conductor borracho provocó el accidente que resultó en una paraplejia en la columna a Ortiz hace 34 años. Para superar esa adversidad se sumió en el deporte, primero practicando atletismo en silla de ruedas, también en tenis, básquet y ahora con el “caballo de acero”.
“Mi terapia fue y sigue siendo la actividad física; por eso recomiendo a todos que hagan deporte, porque nos mantiene alegres y sanos”, aseguró el azuayo, quien tendrá su segunda experiencia en un evento parapanamericano tras su intervención en Río de Janeiro 2007.
La inclinación por este deporte surgió por casualidad, porque ambos jugaban tenis y necesitaban una disciplina que los ayude en la parte cardiovascular, pero el amor y pasión que hallaron en la bicicleta los envolvió y no la pudieron dejar.
“Hace un par de años encontré una handcycle, entonces dije: la voy a utilizar de vez en cuando para sacar un poco de físico para el tenis. Tiempo después fue al revés porque ahora el ciclismo es mi deporte y el tenis mi hobby”, contó Holguín con una sonrisa.
Para intervenir en la capital peruana recibieron invitaciones por parte de la organización panamericana tras su participación en el Mundial de Paraciclismo, desarrollado en Italia el pasado mayo, donde aprendieron varias cosas sobre el deporte, como el uso de cambios inalámbricos.
“En la Copa del Mundo aprendimos muchas cosas, como que ahora podemos hacer los cambios por bluetooth, lo que nos facilita tener el control de los pedales y la velocidad, e hicimos la inversión para implementar los cambios”, comentó Ortiz.
Al preguntarles sobre la ubicación que van a buscar en Lima 2019, los paraciclistas locales se sinceraron al responder. “Como somos casi nuevos en la disciplina, tratarán de estar entre los cinco primeros”, expresó Holguín.
Patricio clarificó que en el paraciclismo son divididos por la Unión Ciclista Internacional (UCI) según el nivel de lesión y no por las edades, como en el deporte convencional; es decir, pueden competir con alguien de 18 años o de 70, con tal de que esté en la categoría H3.
La posición (acostados) parece un poco incómoda, pero la bicicleta está aerodinámicamente diseñada en función de los participantes, que se impulsan con las manos. Además, cada handcycle cumple con las características individuales del corredor.
El objetivo de ambos es clasificar a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. (I)