Menuda, amable y risueña, a pocas como a ella el nombre les calza como una rosa en el jardín o una estrella en el firmamento. Victoria Calisto, una de las atletas extremas de mejor desempeño del país, emprende los nuevos retos que le trae el tiempo.

Activa los 365 días del calendario, miembro del equipo Terra Aventura, campeón del Huairasinchi 2017, esta quiteña de 27 años se da modos para cumplir a cabalidad la ‘doble vida’ que a la mayoría de cultores alternativos les demanda su faceta deportiva. Esa doble vida le exige ser excelente profesional y excelente deportista.

Alegre por integrarse esta temporada al Team Movistar, Victoria se alista para lo que, imagina, será uno de los retos más ambiciosos de su carrera: el Mundial de Aventura 2018, que se realizará en la Isla Reunión (Francia), ubicada al sudeste del océano Índico, a 800 kilómetros de Madagascar.

¿Cuáles son las principales competencias que tendrán en 2018?

Nuestro principal objetivo es participar del Mundial en noviembre, que es lo más fuerte a nivel de aventura y se ven las fortalezas de los equipos. Para esto durante el año debemos recorrer un camino de carreras, cortas o largas, entre ellas el Huairasinchi, en julio, uno de nuestros principales objetivos y otras de trail como Movistar Ilinizas, que nos van preparando para estar listos y dar lo mejor. 

¿Terra Aventura ya está clasificado al certamen global?

No, podemos acceder por estar entre los 20 primeros equipos del ranking mundial, estamos en el puesto 18. Sin embargo, nuestro propósito es dar lo mejor en el Huairasinchi para tener el cupo directo. 

De llegar a la cita planetaria ¿Cuál sería el escenario, cómo es el clima en la Isla Reunión?

Es una isla caliente, un lugar muy agreste, difícil de conocer, aunque lo que realmente nos preocupa es que lo organizan los creadores de Raid in France, conocidos por realizar las carreras más exigentes; siempre nos van a poner algo duro, peligroso... tenemos que estar preparados para etapas largas, fuertes, para navegación súper exacta y, seguramente, para remo y rafting.

De todas las disciplinas de aventura ¿En cuál se siente más sólida?

En el ciclismo, es mi fuerte, siempre me he identificado más pedaleando, pero debo estar lista para todo.

¿Y en qué le agradaría perfeccionarse?

En el remo, lastimosamente en Quito no podemos practicarlo muy seguido, cuando estamos cerca de alguna competencia nos vamos a dar vueltas como hamsters en la laguna del parque La Carolina o nos vamos a Papallacta; somos débiles en ese sentido.

¿Cuál es el triunfo más importante de su carrera?

El primer lugar en el Huairasinchi de 2017, pero más que eso, porque fue una carrera bastante dura, siempre estuvimos bien. Un mes después fuimos invitados al Altay Xtrail Expedition en China y para mí ese resultó un mayor logro porque estábamos cansados, pues solo tuvimos un mes de recuperación. Sufrimos de principio a fin, pero a pesar de ello queríamos llegar a la meta y disfrutamos de los paisajes. Quedamos en el top 10, nos ubicamos sextos tras cubrir los 500 kilómetros.

Como ciclomontañista ¿Cuáles han sido sus principales experiencias?

Normalmente participo en la Vuelta al Cotopaxi, en 2017 competimos con Martín Sáenz y logramos el primer lugar. Por varios años he tenido la suerte de intervenir con buenos compañeros y terminar en buenas posiciones. Hace unos años gané el Breck Epic en Colorado (EE.UU.), fue muy importante.

¿A qué se dedica?

Soy odontóloga, voy un año haciendo una maestría en odontopediatría en la Universidad San Francisco de Quito, me falta un año todavía. Ocuparse de todo a la vez es complicado; es bueno saber que detrás de una existen empresas y personas que quieren apoyarnos. Es muy motivante, nos deja deseosos de seguir adelante.

¿Cuántas horas al día entrena?

Estudio, trabajo y en las horas huecas salgo a correr, a montar bicicleta y de noche, si tengo un tiempito más, me ejercito en la casa. También hago yoga; madrugamos a las 05:00 o 06:00. Es sacrificado, pero al deporte lo tomo como un alivio.

¿Cómo incide el apoyo de la familia. Qué recuerda de sus inicios?

Siempre ha sido fundamental. Mi mamá, que se llama Morena Nieto, es deportista desde hace 28 años que me tuvo y yo me inicié por ella. Ella corría pruebas pedestres de 15 kilómetros, medias maratones. Yo estaba en el colegio Tomás Moro, empecé a los 15 años porque mamá tuvo un cáncer a la cadera, tuvieron que operarla. Me pidió que la acompañe a caminar para recuperarse; caminaba con muletas, con bastón y cuando comenzó a correr ¿Cómo me iba a quedar atrás?

¿Y a sus compañeros de Terra Aventura cuándo los conoció?

Empezamos a entrenar juntos hace ocho años y también tengo la suerte de estar casada con Martín Sáenz, mi principal motivación. Cuando él no se quiere levantar lo pateo para que lo haga y cuando yo no quiero, él me motiva a que lo haga. Tener ese respaldo, saber que llega un fin de semana y podemos salir en bici, a trotar, a realizar cosas diferentes, es muy importante para los dos.

¿Cuál es la lección que le ha dado el deporte aplicable también en la vida?

Hay seres que son dotados, yo no lo soy. Lo mío, lo que he aplicado en la vida es pura constancia. Si uno quiere y lucha por algo se puede lograr. Lo mío es esfuerzo, entrenamiento, sacrificio diario por ser cada vez un poquito mejor.

Datos

-  Compañeros de equipo. Los compañeros de Victoria en Terra Aventura son Joaquín López,  Felipe Munchmeyer y Gonzalo Espinosa. En 2017, el elenco quedó sexto en el Altay Xtrail Expedition de China y en 2016 quedó 30 en el Mundial de Aventura en Australia.

- 10 cultores integran el Team Movistar 2018, entre ellos Victoria y Martín Sáenz, su esposo.

- Correr por muchos años. Victoria Calisto nació el 4 de junio de 1990, le dicen ‘Vic’ y tiene como mascota a Mico, un gato al que suele mimar. Su deseo máximo no es algún título especial, sino seguir corriendo por muchos años. (I)