Los Pesántez, un dúo tenaz
Cada vez que Nilo Pesántez cruzaba la meta de las carreras, su hijo Rafael Fernando, quien tiene discapacidad intelectual, lo recibía con un gran abrazo y felicitación. Eso era suficiente para recuperar las energías y el aliento.
La sonrisa y alegría que emanaba el primogénito, de 29 años, motivaron a Nilo, un apasionado del atletismo, a transmitirle ese cariño por el deporte y las sensaciones sobre el asfalto en las competencias y entrenamientos.
Pesántez participa desde hace unos tres años en diferentes maratones como la de Cuenca en 2017; luego lo hizo en la de Guayaquil en el mismo año. En 2018 corrió nuevamente en el puerto principal. “En las tres lo realicé solo”, comentó a EL TELÉGRAFO.
Entonces llegó el momento de debutar para la dupla. Con un tiempo de 2 horas y 17 minutos, completaron los 21 kilómetros de la media maratón de Salinas (provincia de Santa Elena) en junio del año pasado.
Luego pasaron a la distancia de la maratón (42 km). La prueba escogida fue la de Guayaquil, en noviembre, en la que cronometraron 5h15m, y recientemente en la de Miami (Estados Unidos), con un tiempo de 5h22m.
A Nilo, bombero de profesión y quien desde 2017 compite en carreras de 10, 15, 21 y 42 km, no le interesa la posición en la que llegan. Más bien se siente satisfecho y lleno con el simple hecho de terminarlas y abrazar a sus familiares.
Así ocurrió en Miami, cuando con el pasar de los kilómetros veía cómo se iban quedando varios atletas, producto del inclemente clima que sofocó a los cerca de 33.000 participantes. Pero él y su hijo no se rindieron y cumplieron con el recorrido.
Al recibir las medallas conmemorativas por terminar la maratón, Nilo se dio cuenta de “la hazaña”, como la califica, que había cumplido. “Al escuchar cómo la gente lo aplaudió a mi hijo se me fueron las lágrimas y me dio más ánimo para llegar a la final”, dijo con la voz entrecortada.
Para competir en Miami, Nilo se preparó durante ocho meses bajo la tutela de Andrés Juca, quien es entrenador de la Federación Deportiva del Cañar.
Las jornadas de entrenamientos variaban de acuerdo a la planificación de Juca. Por ejemplo, unos días hacían pesas, otros realizaban repeticiones de 5.000 metros y algunos los mandaba a la carretera a correr 30 o 35 km.
Mientras que con Rafael Fernando salía por las noches para acostumbrarse al uso de la silla de ruedas que el padre adaptó para las competencias.
La silla de ruedas fue donada por el Ministerio de Salud y el azogueño de 50 años la adaptó para correr la maratón. Colocó una rueda de bicicleta en la parte delantera para darle estabilidad en el trayecto.
El objetivo que tiene el dúo Pesántez es participar en las carreras que puedan y hasta que el cuerpo se los permita, con la finalidad de “salir adelante junto a él”, mencionó a este Diario el padre.
Los próximos eventos en los que participarán son la maratón de Guayaquil este año, carreras locales de cortas distancias y para el 2021 estarán en una de 42 km en Boston (EE.UU.). (I)