La prueba constó de una carrera de 600 km
La estrategia y la fortuna favorecieron a Villagómez (Galería)
Quito.-
Cruzó la meta y Xavier Villagómez tuvo la misma sensación del niño que recibe la banda de abanderado. Su pulgar derecho arriba resumía la felicidad del acontecimiento. Conseguir el Campeonato Nacional de Automovilismo de Circuitos de 2014 no resultó fácil, pero todo el esfuerzo valió la pena.
Con 65 puntos, Xavier tenía apenas un punto de ventaja sobre su hermano, Miguel, quien partió primero y dominó la carrera mientras estuvo en ella. A eso se añadió el retiro de Marcelo Ron, otro al que las fallas mecánicas le afectaron.
Pero así es el deporte tuerca, los buenos pilotos no son nada si los coches no responden. Xavier, quien peca de ser un obsesionado con la calibración de los vehículos, tuvo razón y aquella obstinación le condujo a ser el mejor de la temporada.
La competencia
El reto final, el más difícil de todos por ser una lid de larga duración, en el que los exponentes pueden alternar con otros compañeros para cubrir los 600 kilómetros de recorrido, estaba a punto de comenzar. “No puedo decir que voy a ganar, no puedo decir que voy a terminar, porque son máquinas. Nos ha pasado de todo en el transcurso de los años. Al ser una prueba de larga duración, la planificación se va dando con el pasar de las vueltas”, dijo el mayor de los Villagómez.
Los bramidos de motor anunciaban la hora de largada. Instalado en el puesto 2 de la grilla de partida, detrás de su hermano y por delante de Xavier Espinosa, Mauricio Moncayo, Marcelo Ron y Alfonso Darquea, entre los principales de la brega, el capitalino de 32 años se aprestaba a acelerar a fondo.
La justa empezó a las 14:30. Impulsados por los timoneles, los autos iniciaron su veloz danza por la pista de Yahuarcocha. Debían dar 168 giros para completar los 600 kilómetros que exigía la quinta válida y final del certamen.
Conocido por ser poco conservador en su estilo de manejo, Miguel Villagómez tomó la iniciativa y desde la primera vuelta apareció a la cabeza del pelotón.
Los primeros kilómetros evidenciaron las diferencias entre los prototipos de los Villagómez, cuya potencia los encuadra en la categoría fuerza libre de hasta 4.500 centímetros cúbicos (cc), permitiéndoles ir hasta 260 kilómetros por hora, a diferencia de los bólidos de hasta 2.050 cc, que van hasta a 225 kilómetros por hora; los turismo turbos (de 2.050 a 4.000 cc) que desarrollan hasta 230 kilómetros por hora. O los pequeños, de entre cero y 1.650 cc, que se impulsan a un máximo de 170 kilómetros por hora.
No obstante, como se sabe, en el automovilismo de circuitos, además de velocidad, cuenta mucho el buen trato a los carros y la agilidad en pits para cargar gasolina o cambiar piezas, accesorios y neumáticos.
Fueron estos aspectos los que hicieron la diferencia. En la vuelta 30, uno de los rulimanes de la punta de ejes del coche de Miguel Villagómez se desgastó y resultó imposible arreglarlo, por lo que dejó la brega.
Ahora las preocupaciones de Xavier eran Marcelo Ron, Xavier Espinosa y Alfonso Darquea, quienes pasaron a pelear por la punta. Afortunadamente para Villagómez, a las 3 horas con 20 minutos de competencia, Ron ingresó a pits también por una falla en su vehículo que no encontró arreglo.
Uno menos para Villagómez, quien veía con mejor panorama la posibilidad de subir a la grada 1 del podio. Influyó, además, la excelente técnica de José Montalto, el costarricense que reemplazó a Xavier al cumplirse una hora con 40 minutos del lance. El centroamericano dio cátedra de buen manejo y entregó el auto en perfecto estado cuando Villagómez retornó al volante.
Cerca de las 18:00, el certamen se suspendió. El coche de Henry Pozo, conducido en ese momento por Patricio Larrea, perdió una de las llantas traseras y tuvo que ser retirado. El incidente interrumpió durante 20 minutos la rodada.
Los tramos finales
Con el viento a favor y con un equipo de mecánicos que no demoró en los pits, la suerte estaba echada. En el giro 168, el quiteño atravesó la meta y cumplió su cometido. Todo salió según lo proyectado y se adjudicó el título absoluto de 2014 y el de la serie fuerza libre para coches de hasta 4.500 cc.
Tras él, terminaron la carrera Xavier Espinosa y Alfonso Darquea, quienes le acompañaron en la tarima de premiación.
Una felicitación especial mereció la carchense Rosita Montenegro, quien, relevándose con Juan Carlos Villota y Carlos Viteri, concluyó los 600 km. Nada mal para la única mujer del certamen, quien a sus 15 años sueña con ser la primera piloto nacional en triunfar en el exterior.