Hugo Laverde, periodista ecuatoriano que cubre la NBA en Los Ángeles

Los días en Los Ángeles nos son iguales hace una semana. La ciudad ha perdido parte de su historia y sus habitantes lo sienten así. No importa si son fanáticos del baloncesto o no , la ciudad de las estrellas se apagó cuando un helicóptero cayó en la zona de Calabazas y dio inicio a nueve historias de las que nadie quisiera protagonizar.

El nombre de Kobe y Gianna (Bryant) dejó de ser motivo de sonrisa y se transformó en lágrimas de millones de personas a las que les cuesta asimilar la tragedia.

El viernes 31 de enero del 2020 pasará a la historia como uno de los días más emotivos de la NBA. Desde muy temprano, el movimiento en la ciudad del estado de California reflejaba que no era un día común. 

No era solo su habitual caos, era un cúmulo de energía que se dirigía a un solo lugar: al Staples center. 

La ciudad se iba pintando de amarillo y morado conforme pasaban las horas. Los números 24 y  8 aparecían en cada parada del metro, bar esquinero y hasta en las zonas más exclusivas como Beverly Hills y Hollywood.

Propios y extraños querían ser parte de una de las despedidas más significativas para el deporte mundial.

Niños, jóvenes y adultos de todas las edades llegaron hasta los exteriores de Staples Center para brindar su muestra de cariño al que fuera el MVP del 2008.

¿El partido? Importaba poco, lo único que valía la pena era estar en las gradas para recordar a “Black Mamba” en su lugar favorito.

Cada silla estaba tapizada con la camiseta de Bryant y sus números 8 y 24, los que fueron retirados de la franquicia en 2016 y lo convirtieron en el único jugador en la historia de la NBA en retirar dos dorsales en una misma franquicia. 

Se apagaron las luces y la energía de 20 mil personas se hizo sentir al grito de ¡Kobe! La imagen de Bryant y su hija Gianna ocupó cada pantalla del escenario en un video que recogió las palabras más profundas del basquetbolista nacido en Philadelphia.

Con el rostro desencajado, el artista Usher entonaba “Amazing Grace” en el centro de la cancha en medio de dos arreglos florales con el número 8 y 24 en oro y púrpura. La nostalgia recorría cada butaca y se instaló en los rostros de los jugadores que permanecían abrazados.

Era el turno de las palabras del jugador que prometió continuar con el legado de Kobe. LeBron James tomó el micrófono con lágrimas en sus ojos dijo: “Mamba Out, no serás olvidado, estarás siempre en nuestro corazones hermano”.

Luego, una lluvia de aplausos hacía estremecer a millones de personas que siguieron el evento en todo el planeta. Todo estaba listo para que el balón se pusiera en movimiento mientras la voz oficial de los Lakers presentaba a cada jugador de la misma forma: “Con el número 24, 6’6 pies de altura, del instituto Lower Marion: Kobe Bryant” para desatar el júbilo.

Las camisetas del equipo dirigido por Frank Vogel exhibieron un parche negro sobre el logo, con las letras KB en su interior y una estrella. El momento del juego ante Portland Blazers llegó. Y el homenaje siguió. Primero, el equipo angelito dejó correr el reloj 24 segundos. El balón fue cedido entonces para el equipo visitante, que decidió no cruzar la mitad de la cancha durante 8 segundos.

En el medio tiempo no se detendrían las manifestaciones de cariño. Wiz Khalifa interpretó “See You Again” junto a Charlie Puth, mientras la cámara central de la transmisión televisiva mostraba las rosas y las camisetas de Kobe y Gianna en los asientos en los que estuvieron durante el último partido al que asistieron juntos, el pasado 29 de diciembre.

Finalmente, el resultado del juego quedará para la anécdota : Los Lakers cayeron por 127 a 119 ante los Portland Trail Blazers.

Las noches de NBA en Staples Center deben ser una de las experiencias más vibrantes e inolvidables para jugadores, hinchas y periodistas.

Esas noches no volverán a ser iguales. No importa el rival, no importa la instancia, no importa el jugador franquicia. Importa que Kobe y Gianna no estarán iluminando con su sonrisa la pista del Staples Center. (I)