Jonathan Caicedo Cepeda, ciclista ecuatoriano, campeón de la Vuelta a Colombia
Caicedo, el campeón que estuvo a punto del retiro por falta de apoyo
Jonathan Caicedo es hijo de la cuna del ciclismo ecuatoriano. Nació en Santa Martha de Cuba, una parroquia de la provincia de Carchi, ubicada a 180 kilómetros de Quito y que por su altura, su clima y su gente respira este deporte las 24 horas del día.
Desde que inició su actividad, muy niño, ha tenido una amistad -y que hoy mantiene- con su compatriota Richard Carapaz, figura en el pasado Giro de Italia. Con él empezó a entrenar a los 15 años, con él comenzó el sueño de correr en las grandes carreteras ciclísticas europeas.
Carapaz ya lo hizo, en parte porque ganó la Vuelta de la Juventud en 2015 y así llamó la atención de la escuadra española. Por eso, Caicedo siguió su ejemplo. El domingo pasado, en Medellín, se convirtió en el primer ecuatoriano en la historia en ganar la Vuelta a Colombia.
“Carapaz vino a hacer su historia. Yo ahora estoy haciendo la mía”, expresó Caicedo al terminar la cuarta etapa de la carrera, la cual culminó en Ibagué y en la que se puso la camiseta de líder para no quitársela más luego del alto de La Línea, uno de los más exigentes del país.
Caicedo quiso ser un campeón con argumentos y por eso, tanto en el ascenso al alto de El Picacho, como en la contrarreloj individual de Paipa a Tunja, se supo defender y mantuvo una camisa cuya única real amenaza fue el antioqueño Juan Pablo Suárez, quien al final quedó a 41 segundos tras el circuito en la capital antioqueña.
El “Cubanito”, como lo llamaron cuando empezó a correr en el Coraje Carchense, club de la región en la que nació hace 25 años, comenzó a figurar en Colombia en 2012, cuando quedó tercero de una Vuelta del Porvenir. Tres años después ganó una etapa de la Vuelta de la Juventud y en 2016 fue campeón en el Panamericano de Ruta que se disputó en San Cristóbal (Venezuela). Esa misma temporada se quedó con la Clásica Luis Carlos Galán, que se corre en Soacha, y también triunfó en el Tour de Perú.
Su historia en vueltas a Colombia la escribió por primera vez en 2017. En esa edición, Caicedo fue cuarto, por detrás de Aristóbulo Cala, quien fue el campeón.
Todavía no es un palmarés muy extenso, pero sí la muestra de años de sacrificio, de entregar todo para ir ganando de a poco. Para él no ha sido fácil obtener el respeto en el lote nacional, que lo miren de otra manera, que sepan que tiene capacidades para este deporte. De hecho, antes de iniciar la edición número 68 de esta Vuelta a Colombia, el líder de su equipo, el Team Medellín, era el español Óscar Sevilla, pero la carretera le fue dando ese puesto, así como sus pedalazos. También hubo voces que decían que el ecuatoriano iba a sufrir en la contrarreloj, algo que no ocurrió. Ese día tuvo el mejor tiempo de los líderes y quedó tercero en la etapa.
A pesar de la alegría de ser campeón de una Vuelta a Colombia, sus inicios no fueron nada fáciles. En el equipo del Carchi, Jonathan siempre tuvo su lugar garantizado, pero en 2014 quiso dar el gran salto. El Movistar decidió crear una escuadra en Ecuador y lo contrató. Con el poderoso combinado español conoció las carreteras europeas, cumplió su sueño y llenó de orgullo a su familia. Pero por problemas administrativos y financieros la escuadra se acabó y Caicedo quedó a la deriva.
Sin sueldo, sin liquidación y sin ganas de seguir en el ciclismo, volvió a su país. Allí comenzó a estudiar ingeniería agrónoma, hizo dos semestres completos y gracias a sus buenas calificaciones recibió una beca. Aun así, con el camino del éxito trazado en el mundo académico, se la jugó una vez más por la bicicleta y el asfalto.
Entendió que tenía que ser un buen gregario antes de ganar el puesto de líder de filas, y entendiendo que esa premisa le ayudó a Carapaz a ganar la Vuelta de la Juventud. También participó en la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN, en el que también fue cuarto. Y eso que tuvo varios percances. Como en los recientes Juegos Bolivarianos de Santa Marta, cuando le dio por salir a tomar cerveza con otros compañeros y fue expulsado de la delegación. Un error que comete cualquiera y que ha sabido enmendar haciendo bien su trabajo. Prueba de ello es el título en Colombia.
En su entorno se asegura que tendría todo arreglado con el equipo Astana para competir el próximo año y así llegar al World Tour, el anhelo de todo aquel que se inicia en este deporte. “Cuando uno se junta con gente buena termina volviéndose bueno”.
Este es uno de los triunfos más importantes de su carrera y de la historia del deporte ecuatoriano, ¿cómo lo evalúa?
Es un sueño hecho realidad, es un triunfo meritorio para mí y para mi equipo, pero sobre todo para la gente de Carchi que me vio crecer y que me apoya en todo momento. Una mención especial para el Prefecto de la provincia, quien me apoyó para seguir en este deporte cuando no tenía los recursos y pensaba en dedicarme a otra cosa.
Cuando pasan estas cosas uno piensa en que deberá cambiar mucho la estructura del deporte nacional para que ustedes, los deportistas de alto nivel, tengan el apoyo que necesitan...
En Carchi hay mucho talento, deportistas que sueñan con competir en las grandes ligas y el deber del país es apoyarlos. Ahora mismo tenemos un equipo de ciclistas jóvenes participando en el Tour del Porvenir, hay que apoyarlos también. Hay mucho talento, pero falta apoyo. Ojalá que este tipo de triunfos abra la mentalidad de los dirigentes y empresas privadas para apoyar al ciclismo ecuatoriano.
Óscar Sevilla, su compañero en el Team Medellín, terminó tercero en la Vuelta a Colombia, pero destacó su nivel y dijo que usted es un “motorcito”, con muchas cosas por aprender pero con bastante talento. ¿Qué tiene que decir sobre esos halagos?
Óscar es un corredor muy experimentado, sus palabras son muy valiosas. Que lo diga él me da mucha más confianza para seguir preparándome con responsabilidad.
¿A qué altura de la Vuelta se dio cuenta de que la podía ganar?
Desde que estábamos en la concentración mis compañeros y entrenadores me metieron en la cabeza que podía ganar la competencia. Óscar Sevilla me repetía constantemente que íbamos a ganar la Vuelta. Esa motivación ayudó mucho a cristalizar el objetivo.
¿A quién le dedica esta victoria?
Este triunfo va para mi familia, mi papá, mi mamá, mi esposa, mi hija. No me alcanzaría el tiempo para mencionar a todos los que me han ayudado. Pero de todo corazón va para ustedes este título muy grande. Incluso a quienes me mandaron palabras de aliento a través de las redes sociales.
¿Y tiene algún mensaje para las autoridades?
Que sigan apoyando al ciclismo ecuatoriano porque talento hay mucho, pero falta ayuda. El ciclismo ecuatoriano necesita apoyo para crecer. Este año se va a realizar la Vuelta a Ecuador, ojalá esta competencia se consolide en el país, por el bien de este deporte. Yo voy a estar sin duda en esa prueba. (I)