El Ironman 70.3 promociona y dinamiza la economía de Manta
El 27 de junio, antesala del fin del sexto mes del año, el sol lucía radiante en el perfil costero del puerto de Manta. Sobre las playas urbanas, Los Esteros, Tarqui y El Murciélago, está una de las mejores infraestructuras para la práctica del deporte. Se trata de la ciclovía.
Este módulo de 8 kilómetros de longitud, aledaño a la vía Puerto-Aeropuerto, es el sitio ideal para que los deportistas que participarán en la quinta edición de la competencia de triatlón, conocida como Ironman70.3, se entrenen.
La cita este año será el 7 de julio. Se han inscrito aproximadamente 1.900 deportistas, de ellos 1.400 son ecuatorianos y al menos un 60% son manabitas, según Luis Parrales, ciclista y empresario mantense. Vienen de 24 países y se disputarán 40 cupos al Mundial de Nueva Zelanda en 2020.
Esos aditamentos hacen que el Ironman 70.3 de Manta se haya convertido en una marca que se vende a nivel mundial y sus efectos se reflejan en la economía y la promoción de Manta y Manabí.
El Ironman 70.3 atrae a deportistas, entrenadores, familiares y amigos. Llegan con entre 5 y 15 días de anticipación a la competencia, lo que repercute a favor de la economía de la ciudad.
El manabita Luis Trivinio, nacido en Manta, está radicado en Nueva York desde 1975, pero viene a la ciudad portuaria desde hace tres años con más frecuencia. Él es uno de los triatletas que participan en la competencia.
Antes de comprarse una casa en Jaramijó, se hospedaba en casa de familiares y a veces en hoteles.
La factura mínima para un deportista que ama ser triatleta, en alimentación, movilización y dormir es de mil dólares por una semana, fácilmente, comenta Trivinio.
El 27 de junio, este manabita a las 08:00 salió del mar en la playa El Murciélago. Había nadado 1.500 metros desde el sector de Barbasquillo. Su licra azul marino se adhería al cuerpo.
Con la respiración acelerada, trataba de gesticular palabras para comunicarse con su primo César Antonio Salvador. Es mi compañero de entrenamiento, especialmente en la ruta de la bicicleta, afirma.
Una especie de relajamiento del cuerpo, con 15 minutos de caminata desde la playa hacia la zona del malecón, fue suficiente para iniciar un trote ligero con dirección a Jaramijó, 15 kilómetros al noroeste de Manta.
Otros atletas como Luis, especialmente los que provienen de otras provincias y de varias naciones, también han empezado a llegar.
Por las mañanas se los puede observar entrenando en la playa, la ciclovía y en la ruta de ciclismo que está trazada en Manta y Crucita.
El movimiento en los hoteles de alta y media gama ubicados en el suroeste de la ciudad es notorio.
Arriban y la economía se empieza a mover, comenta Esteban Fiallos, presidente de la Cámara de Turismo de Manta.
La ocupación antes era de ocho días, pero debido a la situación económica ahora llegan por tres y cuatro días, compiten y se van, ya no prolongan su estancia, señala Fiallos.
En los hoteles se arman promociones y hasta se les prepara regalos frutales y bebidas hidratantes, valores agregados que este tipo de huéspedes necesitan cuando llegan a competencias de alto rendimiento, añade Fiallos.
Para Manta no solo hay una respuesta positiva en lo económico; además el evento deportivo inserta a la ciudad y la provincia en la promoción que los organizadores hacen de la zona en cadenas televisivas mundiales y además en redes sociales, afirma el empresario.
El Ironman de Manta se ha vuelto un referente, no solo por la ciudad, sino también por su gente. Es una de las paradas donde el público se ha empoderado de la competencia.
Animan al deportista de principio a fin, comenta Parrales.
El Ironman 70.3 de Manta es considerado el de mejor público.
La economía se mueve por todo lado. Los taxistas saben que cuando llegan los competidores, deben tener en su lista paradas hacia sitios de buena comida que les permitan nutrirse. Ellos deben comer carbohidratos, pero especialmente frutas frescas.