El Giro de Italia deja Israel después de tres etapas
El Giro de Italia, que celebró las tres primeras etapas de la edición de 2018 en Israel, recorriéndolo de norte a sur, dejó el domingo tierra santa y se trasladó a Italia, en lo que ha sido un paso histórico y con gran impacto para el país de una de las “Grandes” del ciclismo mundial.
La competición, que por primera vez en la historia salió del continente europeo, comenzó el viernes pasado con una contrarreloj en la parte oeste de Jerusalén, ante unos 10.000 espectadores, calles cortadas a lo largo del día y un dispositivo de seguridad que dejó media ciudad bloqueada.
El evento, que implicó una compleja organización logística, con la participación de 22 equipos y 176 ciclistas, sirvió a Israel para proyectar su imagen y promocionar el turismo, que en 2017 ya batió récords al recibir 3,6 millones de visitantes.
La primera etapa se celebró en homenaje al ciclista italiano Gino Bartali, a quien Israel concedió la nacionalidad a título póstumo en un acto en el Museo del Holocausto (Yad Vashem) y ocurrió en un ambiente festivo y familiar, con muchas personas emocionadas, que consideraban “un sueño” y un “gran honor” que la competición se celebrara en su país.
En la segunda jornada, los pedalistas recorrieron la costa y el norte, pasando por ciudades como Haifa, Acre y Tel Aviv y este domingo se disputó la tercera y última etapa israelí, que atravesó 226 kilómetros de desierto entre las ciudades de Beersheva y Eliat, a orillas del Mar Rojo, con temperaturas que llegaron a los 35 grados.
Con la llegada a Eliat se culminó el evento deportivo más costoso y complejo a nivel logístico que ha acogido Israel, según constató la ministra de Deportes y Cultura, Miri Regev.
La organización del Giro de Italia Big Start supuso un coste de 33 millones de dólares, con una inversión de 10 millones del Ministerio de Turismo, que promueve el turismo deportivo y ha hecho una intensa campaña publicitaria del evento que llegó “a más de 500 millones de personas en todo el mundo”.
Más allá de la inversión pública, las etapas del Giro en Israel estuvieron en su mayoría financiadas por Sylvian Adams, ciclista aficionado y magnate inmobiliario. (I)