En la antesala de la segunda prueba del año, el piloto asturiano indicó que las próximas semanas "son cruciales" para el desarrollo de su monoplaza y, aunque reconoció que la suya "no es una batalla por el campeonato", sí se mostró esperanzado por la posibilidad de pisar el podio y por estar de manera habitual "entre los cinco o seis primeros puestos" en 2018.

En Australia, en la cita inaugural de la temporada, Fernando Alonso fue quinto, aunque lo achacó a la salida del "coche de seguridad virtual y a las retiradas de los dos Haas", del francés Romain Grosjean y el danés Kevin Magnussen.

El dos veces campeón del mundo de Fórmula 1 espera que el rendimiento del McLaren-Renault crezca "en las próximas semanas, en los próximos cuatro, cinco o seis Grandes Premios".

"No tengo una bola de cristal", bromeó, "pero creo que el coche tiene potencial".

"En los test invernales tuvimos altos y bajos. En Australia pasó un poco igual, pero hicimos una buena carrera, con algo de suerte. Todavía nos queda mucho por desarrollar para alcanzar a los tres mejores equipos, pero esperamos que nuestro rendimiento crezca en las próximas carreras", sentenció. (D)