El tenista Roger Federer regresa este miércoles 13 de junio a la competición en Stuttgart para jugar sobre su superficie preferida, la hierba, con la vista puesta en alcanzar la final y recuperar el número 1 del ranking mundial que le arrebató Rafa Nadal aprovechando un parón de dos meses y medio.

La ausencia del suizo durante un tramo del calendario se ha convertido en habitual. Desde hace dos años, la temporada tenística se divide en dos. Un periodo con el 'Maestro', y otro sin él. Una innovadora situación en el tenis mundial.

Después de su inesperada derrota en la segunda ronda de Miami, ante el australiano Thanasi Kokkinakis, los amantes de este deporte se han tenido que acostumbrar a vivir sin Federer. Un paréntesis que se ha hecho un poco largo.

Pero el de Basilea demostró el año pasado que su parón durante la temporada de polvo de ladrillo, una superficie demasiado difícil de asumir mentalmente a sus 36 años, le permite mantener el nivel que desea durante el resto del curso.

Tras haber logrado su 20º título de Gran Slam el pasado mes de enero en Melbourne, nadie puede discutir el éxito de esta gestión.

Por otro lado, esta ausencia genera algunas obligaciones. Al igual que le sucede a Nadal en tierra batida, Federer debe hacer una campaña de hierba casi perfecta, en la que especialmente debe defender su corona de Wimbledon, para desafiar el trono del español.

Situarse en lo más alto del ranking ATP lo puede conseguir este fin de semana, para ello debe alcanzar la final del torneo de Stuttgart.

"Hay mucho en juego. Esperaba una victoria de Rafa (Nadal) en Roland Garros y se ha dado según mis previsiones. Sé que debo jugar la final para recuperar el primer puesto mundial. Es una motivación extra", destacó el suizo el lunes. (D)