“Estamos en Cochabamba (Bolivia), donde nos quedamos varados. No podemos retornar a Ecuador debido al cierre de las fronteras en Ecuador y acá. No tenemos una fecha exacta para volver.

Teníamos planificado en primera instancia viajar a Bolivia para realizar un campamento de entrenamiento, para luego ir a Argentina y participar en el campeonato sudamericano, el cual obviamente se canceló por esto del covid-19 (coronavirus).

Decidimos venir a Bolivia porque lamentablemente desde noviembre la piscina olímpica de Cuenca está dañada y no se la ha arreglado por problemas dirigenciales internos en la Federación Deportiva del Azuay, por lo que nos vimos obligados a buscar un lugar que sea parecido a nuestra ciudad y ese fue Cochabamba.

El regreso al país estaba previsto para el 6 de abril, pero todo eso se trastocó por la situación que todos conocen. Por suerte nos mantenemos en contacto con la Secretaría del Deporte, que está haciendo todo lo posible para que volvamos pronto al país.

Eso nos da tranquilidad porque estábamos cuatro días aquí y justo pasó lo del cierre de las fronteras y nos vimos obligados a quedarnos.

Estamos aquí con otros seleccionados nacionales, David Castro y David Farinango, así como con el entrenador nuestro, que es mi hermano Juan Fernando. Arrendamos un departamento en Cochabamba hasta el 31 de marzo.

Mi hermano tuvo conversaciones con la embajada ecuatoriana en Bolivia para ver si podemos retornar antes, pero no hemos tenido respuesta. No tenemos fecha de regreso. Necesitamos ayuda urgente de las autoridades ecuatorianas. 

En cuanto a los entrenamientos, al principio se cumplieron con toda normalidad, pero después ya no. Los primeros cuatro días practicamos sin novedad, pero los dos siguientes y a raíz de las restricciones que aquí también se dieron como el cierre de los complejos deportivos, las escuelas, colegios y universidades, además de eventos masivos cancelados, entre otras cosas.

Por lo que ya no pudimos utilizar la piscina, porque se dictaminaron nuevos decretos y más estrictos, pese a no tener una cantidad importante de contagios (27 casos hasta el 23 de marzo).

Después conseguimos una piscina de 22 metros; sin embargo, desde el 22 de marzo se decretó acá el toque de queda y cierre de fronteras. Entonces nos tocó hacer una preparación física en el departamento y lamentablemente no es ni el 30% de un entrenamiento normal.

Lo que realizamos son: planchas, abdominales, ejercicios de piernas, tenemos las ligas de tierra con las que simulamos un poco la brazada en el agua para ganar fuerza y también lo que es cardio.

Si me hubiesen dado a escoger me habría quedado en Cuenca, con mi familia, en casa, con las personas cercanas a mí. Tengo la piscina en casa y habría entrenado ahí sin ningún problema, pero esta situación nos ha fortalecido mentalmente. (I)