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Entrevista / javier rodríguez / DIRECTOR TÉCNICO DE LA SELECCIÓN ECUATORIANA SUB-17

Javier Rodríguez: “En Ecuador el trabajo en divisiones formativas es una acción misionera”

Javier Rodríguez: “En Ecuador el trabajo en divisiones formativas es una acción misionera”
08 de abril de 2015 - 00:00 - Luis Cheme

Por Augusto Itúrburu y Luis Cheme

Javier Rodríguez es un formador neto. Tiene cualidades innatas para advertir si un joven futbolista posee proyección para convertirse en un profesional. Observa su biotipo, su capacidad técnica y táctica, pero sobre todo examina su mentalidad. Un elemento que muestra personalidad y ambición entra sin ningún problema en su equipo.   

Por estos días, la agenda del adiestrador nacional de 51 años es intensa. La clasificación al Mundial sub-17 que se disputará en Chile ha alterado su rutina, pero ayer sacó un espacio en su planificación para atender las inquietudes de EL TELÉGRAFO.        

¿Qué le permitió a la selección sub-17 alcanzar el nivel que mostró en el Sudamericano?       

La personalidad y la ambición de los jugadores fueron fundamentales. Pese a que son muy jóvenes, siempre tuvieron los objetivos claros. Lo que logramos fue el resultado de un proceso de varios años y del trabajo que  hacen en formativa clubes como Independiente del Valle y Liga de Quito. La concentración que   alcanzamos durante el torneo fue clave. Con el paso de los días nos fuimos convenciendo de que era posible lograr el título, pero  pecamos de conformistas después de que logramos la clasificación.

¿Fue difícil convencerlos de que se podía ganar el título?

Los convencimos de que era importante ganarle a Argentina en el último partido y que el resto ya venía por añadidura. De pronto si le ganábamos a Argentina, los brasileños aceleraban y ganaban.                

¿A qué se refiere cuando dice que la personalidad y la ambición fueron clave?

Estos chicos tienen algo que se está perdiendo no solo en Ecuador sino en el mundo, que es la picardía que tiene un jugador de barrio.  Nosotros tuvimos problemas en el partido ante Colombia, por el lado de Pervis (Estupiñán); la cancha estaba mojada y nos estaban ‘pintando la cara’ y al rival se lo veía físicamente mejor. Independientemente del orden, de la parte física, algunos jugadores nuestros mostraron esa picardía de barrio.  Tello agarró el balón y comenzó a temporizar y a decir “bueno voy a hacer que descanse mi equipo, voy a hacer la mía” y eso contagió al resto. Nosotros creamos ese ambiente en los entrenamientos. Por ejemplo, si el entrenamiento está  programado para las 16:00 yo cito a los jugadores media hora antes y los dejo hacer lo que quieran. A veces juegan 5 contra 5 y con apuestas de por medio. La intención es que los chicos tengan ese morbo por ganar.

¿Cómo fue la convivencia con este grupo de jóvenes futbolistas? ¿Es verdad que restringió el uso de celulares?

Es parte del código de comportamiento. El fútbol es bien celoso y eso no solo lo hicimos en Paraguay, se lo hizo en todas las concentraciones. Los chicos necesitan espacio, pero también se les da los celulares porque es importante que se comuniquen con sus familiares o sus novias para que estén tranquilos. Ellos están enseñados a eso, a parecer invisibles, estar concentrados. Íbamos al comedor, veíamos vídeos de motivación, de los  rivales. Compartimos también cosas diferentes al fútbol.

Lejos de lo que hizo Ecuador,  ¿cuál cree que fue el nivel del Sudamericano?

La competencia fue durísima. Ecuador tuvo un rendimiento perfecto, independientemente del lugar en que quedó. Digo perfecto por la actitud partido a partido que demostró. Como los chicos leían los partidos y al rival. Íbamos con una disposición, pero en pleno partido las cosas cambiaban y los jugadores tomaban las decisiones en base a sus percepciones sobre el rival. A quien no lo leímos, y por eso no evolucionamos, fue a Paraguay. Ellos estaban tocando el balón, no nos hicieron daño, pero cuando mandaron los pelotazos sí. Un jugador de nosotros no interpretó bien lo que pedimos y se puso a pelear con un delantero. Y el segundo gol de Paraguay nació de esa falta. Yo le dije a Nazareno que cuando llegue el pelotazo él vaya adelante de ese delantero y le quite el balón, pero él me dijo que algo pasaba con su compañero, no hubo comunicación.

El torneo fue duro, tal es así que se quedó el mejor equipo para mí, Uruguay, y con 6 puntos. Venezuela, la única selección que le ganó a Brasil, se quedó eliminada en la fase de grupos.          

¿Qué se necesita fortalecer en esta selección de cara al Mundial?     

Primero seguir formando a los jugadores en fundamentos técnicos. Ellos no están consolidados, están aprendiendo. Yo recibí a estos jugadores en diferentes niveles técnicos, pero con condiciones y cada día se fue mejorando la actitud porque la aptitud la tenían. Hay que fortalecer las capacidades físicas y defender mucho lo que es la memoria táctica del jugador.

Nosotros trabajamos un 4-4-2 pero nadie se dio cuenta de que contra Argentina, en el segundo tiempo, cambiamos. Es un sistema flexible; se puede convertir en 3-5-2, en 4-3-1-2 dependiendo de lo que queramos y nos deje hacer el rival. Yo no puedo aplicar un sistema y un trabajo táctico cuando no tengo los jugadores indicados. Pero estos jugadores son física y técnicamente aptos. Mentalmente aptos.

Usted conoce a estos jugadores desde hace 3 años aproximadamente y en ese lapso debe haber observado a muchos más futbolistas con gran talento. ¿Le resultó difícil conformar esta selección?    

En Ecuador el trabajo en divisiones formativas es una acción misionera. Al principio escoger es fácil porque lo que uno mira como profesor es el perfil de juego, la talla y ve la capacidad física, en una acción con balón. Pero mientras vas conviviendo uno se da cuenta de qué es lo que Ecuador necesita. Es una selección que se va a enfrentar a los mejores mentalmente, no solo físicamente, entonces ahí está el detalle, eso es lo difícil. Uno trata de no cometer muchos errores.

¿Qué le podría pasar a estos jugadores para que no alcancen el nivel y estar en una sub-20? Por ejemplo, de una sub-15 llegan 4 a la sub-17 y de esos 2 a la sub-20 y 1 a la de mayores.   

Porque tienen diferente suerte. No son de un mismo club. Independiente apuesta por sus jugadores, les da partidos internacionales, tienen un tren de competencia. Liga de Quito ya tiene a 2 jugadores que los está utilizando, en especial Casquete (Andy). Liga de Loja tiene a Naula (Ánderson). Y hay otros que no tienen la misma suerte, no tienen competencia. Es necesario que los clubes les presten atención.   

Usted mencionó que el fútbol es una empresa y como tal se debe invertir en la formación de futbolistas. De pronto estos jugadores ya no piensan solo en debutar en un equipo ecuatoriano sino en salir al exterior. ¿Cómo lidiar con esa ambición tan grande?

Nosotros podemos aconsejarlos, decirles que deben quemar etapas, pero nada más allá. En esta etapa son los padres los principales  formadores.    

Hay un caso de un chico cuyos  padres han recibido dinero por alguna necesidad, nunca han visto 40 mil o 70 mil dólares juntos, entonces eso es algo duro. Pero por encima de eso ellos deben valorar y respetar al chico. Yo tuve un problema con él, nadie se dio cuenta, fuera de la cancha él no estaba bien. Hablamos y le explicamos que no es el primero que ha pasado por eso y que se debe estabilizar porque sino no logrará nada. (D)

Lea mañana: El estilo, los referentes y las anécdotas que han marcado la carrera del DT Rodríguez. 

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