La bicicrosista Doménica Azuero "salta" barreras
El cabello color fucsia de la ecuatoriana Doménica Azuero irrumpe en la pista de BMX de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE) de Quito, donde mañana culminará la Copa Latinoamericana ronda 1 y 2 de la disciplina.
Esa forma de ser, llena también de fortaleza y perseverancia, la llevó a convencer a sus padres, primero, y a sus compañeros, después, de que el bicicrós es el deporte para el que tiene talento y al que se quería dedicar por siempre.
María del Carmen González es la madre de la deportista que contó a EL TELÉGRAFO cómo fueron los primeros pasos de la “tricolor” y qué cosas tuvo que en-frentar para convertirse en campeona Mundial Junior en 2014.
“No sabría ni cómo contarlo porque fue algo imprevisto. Ella hablaba siempre en Cuenca (ciudad en la que nació la deportista) de la pista de olas de BMX y nos insistía en que la lleváramos todos los días”, comentó la orgullosa madre, quien en un principio se opuso a que la cuencana de 22 años tomara la bicicleta.
Esa oposición se dio porque pensaba que no era para su hija porque estaba en modelaje y tenis. “Este deporte (BMX) era y es demasiado riesgoso para una mujer”, expresó González, quien, sin embargo, tras los resultados positivos alcanzados por Azuero, además de la dedicación que demuestra, se fue convenciendo de que era lo mejor para ella.
Luego de acordar con sus padres (María del Carmen y Miguel) que trabajaría para ser la mejor en el deporte, ahora le tocaba el turno de persuadir a sus compañeros del colegio Santana de Cuenca y del bicicrós, que la menospreciaban a través de ofensas y hasta golpes por un marcado machismo.
“Ante todo eso que me pasaba, mi mamá me dijo: ‘No te voy a retirar del colegio hasta que te defiendas; en el bicicrós también pasaba lo mismo’”, recordó la deportista nacional. “Anda a la cocina o a jugar con las barbies”, eran los insultos, sumados a los golpes que recibía en sus inicios en la pista a los 7 u 8 años.
Hasta que llegó el momento de defenderse y la mejor manera que encontró fue ganándoles en las competencias a sus compañeros, aunque también tuvo que soltar uno que otro puño.
“En mi familia me decían: ‘Si te pegan, pégales’; no está bien, pero no había otra manera de que entendieran”, recordó la azuaya que en 2019 competirá en 14 torneos. Uno a uno fueron llegando los éxitos y Doménica ahora no solo triunfa en el bicicrós sino que también quiere compartir sus experiencias con jóvenes talentos con el club W Riders, creado por la atleta en Cuenca para fomentar la disciplina.
Azuero busca que los deportistas, en especial las damas, sean mejor que ella y eso lo pueden lograr ayudándoles. “Dando una mano y con consejos para que los chicos no pasen por lo que yo, en mis inicios, y puedan llegar a ser profesionales”.
La Unión Ciclista Internacional decidió que los bicicrosistas utilizaran números fijos en las competencias y Azuero escogió el 156 por dos razones, la primera es su estatura (1,56 m) y porque con ese número ganó el Mundial en la categoría junior, en 2014.
La meta máxima que tiene Azuero es llegar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y para ello deberá ubicarse entre las primeras del ranking mundial.
El ciclo olímpico del bicicrós culminará en mayo del próximo año.
Copa latina de BMX en Quito
Las prácticas libres realizadas en la pista de la UIDE fueron el preámbulo de la Copa Latinoamericana de BMX, que se desarrollará entre hoy y mañana.
En la competencia, que reparte puntos para los Juegos Olímpicos Tokio 2020, participaran cerca de 400 ciclistas, provenientes de Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y el país anfitrión. (I)