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El Telégrafo
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Diana y Karen recargan fuerzas sobre sus bicicletas

En 20 días más estas dos venezolanas esperan llegar a Mérida y Oriente, para reencontrarse con la familia a la que no han visto hace cuatro años.
En 20 días más estas dos venezolanas esperan llegar a Mérida y Oriente, para reencontrarse con la familia a la que no han visto hace cuatro años.
Cortesía
18 de julio de 2020 - 00:00 - Redacción Fanático

Han recorrido 1.500 kilómetros desde Lima hasta Guayaquil. Este viernes 17 de julio saldrían temprano por la mañana para retomar su camino después de dos días de descanso. Hace tres años y un poco más luego de haber migrado de Mérida y Oriente, en Venezuela, en busca de mejores días en Perú, Karen Reyes y Diana Ugarte aprovechan que todo se quedó paralizado con la pandemia para volver a buscar el abrazo de su familia.

“Ya sé qué es migrar, patear en la calle. Yo lo que quiero es abrazar a mis padres y reforzarme para que cuando pase todo esto, seguir”, dice Karen en una llamada telefónica.

“Tengo tres años sin estar con mi mamá ni conocer a mi sobrina”, dice Diana. “Si no hubiera llegado la pandemia seguiría trabajando y trabajando y así pasarían los años”, dice Karen.

Las bicicletas que compraron hace un año y medio para usarlas en sus recorridos por toda la zona montañosa de Lima, les sirven ahora para retornar a su país y agarrar fuerzas para continuar con su camino.

 Empezaron su recorrido el 20 de junio, pasaron por el desierto seco de Perú, les negaron el agua, en los pueblos del país les temían a esta dos ciclistas como si tuvieran un cartel que les diera positivo en coronavirus.

En 1.150 kilómetros solo seis personas decidieron ayudarlas. Cuando cruzaron la frontera en Ecuador se encontraron con más gente tendiéndoles la mano, además de que aquí el desierto cambió por un campo fértil en el que se pueden alimentar de frutas más seguido, dormir en los pueblos que les depara el camino, lavarse la cara cada día a las 07:00, pedalear por la carretera hasta las 16:00 y buscar un nuevo lugar para dormir.

Cada día se levantan con el ánimo de seguir, para adelante. Piensan que con todo lo que han recorrido ya no hay retorno.

“Con la pandemia el chacra regresaba a su tierra y nosotras veíamos las bicicletas y decidimos hacer lo mismo”, cuenta Diana. En 20 días, en los que verán a sus compatriotas regresar a pie, esperan llegar también a su país. (I)

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