El deporte lleva paralizado más de un mes. Las actividades físicas y las concentraciones masivas no son compatibles con la pandemia, por lo que hinchas y protagonistas se resguardan en sus hogares para prevenir el contagio del covid-19.

La pandemia sacó de sus rutinas a los deportistas profesionales y aquello implica un deterioro en la salud mental, si no es atendido por los profesionales de la rama.

“Según estudios, hemos visto que existen riesgos elevados de ansiedad y diferentes problemas psicológicos en los futbolistas en comparación con la población general, porque es un trabajo tenso y precario en la mayoría de los casos”, publicó la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), en un artículo reciente.

Los clubes nacionales mantienen conexión constante con sus jugadores, tanto del primer plantel, como de formativas. No solo importa que se mantengan físicamente activos, sino también centrados mentalmente.

“Se han generado muchas emociones propias del ser humano: ansiedad, angustia preocupación, estrés, aburrimiento. Siempre digo que la incertidumbre de cuándo vamos a trabajar nos mata. Pero el futbolista trabaja con esa incertidumbre; no sabe si ganará o perderá un partido”, dijo Víctor Guamán, psicólogo desde hace ocho años en Independiente del Valle.

El club decidió enviar a sus ciudades a los deportistas que viven en la residencia, pues era necesario que estén con sus familias. Se hacen reuniones periódicas a través de videoconferencias para conocer cómo llevan el encierro en casa.

También se hacen ejercicios de lectura, revisión de videos e incluso el contacto es directo, pues jugadores -sobre todo de formativas- ya han perdido a seres queridos por la enfermedad.

La psicóloga Gabriela Luna trabaja en el Centro de Alto Rendimiento (CEAR) de Durán y también trabaja con los deportistas de alto rendimiento de Ecuador.

Ella identificó tres problemáticas que afectan a los deportistas: las expectativas deportivas postergadas, la ansiedad colectiva por el confinamiento y la pérdida de seres queridos por el virus.

“Por ejemplo, los que están en duelo hay que ayudarlos con contención emocional, hacer un seguimiento y que tengan un funeral simbólico. Poder sacar y decir todo lo que sienten a esa persona; son duelos diferentes”, dijo.

Desde la Secretaría del Deporte hacen un acompañamiento emocional a los deportistas que lo necesiten; con énfasis en los que están fuera del país.

Para Patricio Cevallos, psicólogo de El Nacional, los deportistas tienen cierta ventaja con el encierro, porque lo han vivido, con constantes concentraciones, viajes, estadía en hoteles.

“Claro que es diferente porque no pueden compartir con sus compañeros, estar en la cancha. Sin embargo, esto puede unir más a las familias, que se acentúe el concepto de familia como núcleo de la sociedad en todo ámbito”, dijo.

El profesional trabaja 30 años en los “puros criollos” y los jugadores tienen mucha confianza en él. En este tiempo recurren a Cevallos y él les indica que su mente debe estar ocupada, con actividades programadas, incluso las del hogar, no solo las deportivas.

En Liga de Quito existe un acompañamiento virtual. El psicólogo del equipo, Daniel Terán, está presente en las videollamadas de los entrenamientos, para ver incluso con qué ánimo y motivación los jugadores asumen la práctica.

También les pide que se “desconecten” un poco de las noticias, porque esa carga de información negativa puede agotar la cabeza.

“Es fundamental que acepten el cambio. Admitirlo evitará entrar en desesperación o estrés, pues es un momento en el que hay que tener paciencia”, agregó.

Los deportistas en todas las disciplinas tratan de sobrellevar esta crisis y trabajar desde casa en la medida de lo posible. Es incierto cuándo volverá la actividad, pero mientras tanto el objetivo es permanecer saludable. (I)