La emoción de representar a sus países se reflejaba en los rostros de cada uno de los casi 100 seleccionados de ocho países, que desde hoy participarán en la edición 2018 de la Copa América de fútbol para personas que tienen parálisis cerebral congénita y adquirida.

Los partidos se desarrollarán en las canchas del club Independiente del Valle en Sangolquí (oriente de Quito), entre hoy y el 3 de noviembre, fecha en la que se definirán los cinco clasificados a los Juegos Parapanamericanos Lima 2019 y al Mundial del próximo año.

Ante la pregunta: ¿Para qué está Ecuador en la Copa América?, la respuesta del ecuatoriano Darwin Cruz fue:  “Para que el título se quede en casa”. Esa confianza se siente en el combinado nacional que debuta esta tarde (16:00) ante Argentina por el grupo B.

Brasil, Canadá, Colombia y Chile integran la llave A, mientras que Venezuela, Argentina, Estados Unidos y el país anfitrión conforman la B. Los dos primeros de cada grupo clasificarán a las semifinales y, al mismo tiempo, asegurarán el boleto a Lima; mientras el quinto pasaje lo definirán los dos terceros.

“Llegamos muy fuertes y preparados para vencer”, manifestó el brasileño Uber Ayala. La escuadra “auriverde” es una potencia a nivel mundial en esta disciplina, pero para el lateral derecho, eso no los hace favoritos. “Todos los rivales son complicados y quieren lo mismo que nosotros: el título”, remarcó el futbolista hincha de Vasco da Gama.

La competencia, que tendrá una duración de ocho días, con 20 partidos, está destinada para jugadores con parálisis cerebral y daño cerebral adquirido. En Ecuador este deporte tiene un desarrollo de dos años.

Las principales reglas de esta modalidad son que la cancha tiene que ser de 70 por 50 metros, el saque es con las manos, juegan 7 contra 7; en el campo siempre debe estar un jugador nivel 5, es decir, con mucha discapacidad; uno escala 8, poca parálisis; y el nivel de los restantes puede ser de entre 6 y 7. (I)