Río de Janeiro cerró ayer los Juegos Paralímpicos, los primeros en Sudamérica, conmocionada tras la muerte de un ciclista en la víspera de la clausura en el Maracaná.

El iraní Bahman Golbarnezhad, de 48 años, falleció a consecuencia del fuerte impacto recibido durante la carrera masculina de las categorías C4 y C5, donde compiten atletas con ligeras deficiencias físicas y mentales. Es la primera muerte que ocurre en unos Paralímpicos.

El ciclista nacido en Shiraz (en el suroeste de Irán), con una prótesis en la pierna izquierda, se encontraba en la parte final del recorrido cuando se cayó en un descenso, chocando la cabeza con el suelo a la altura del barrio costero de Recreio, en el oeste de la ciudad. Tras el percance fue trasladado al hospital “donde desgraciadamente falleció”, afirmó Craig Spence, portavoz del Comité Paralímpico Internacional. “Era nuestra peor pesadilla”, aseguró después en rueda de prensa.

Golbarnezhad perdió el control de su bicicleta, que “colisionó con una barrera en una curva y cayó en una cuneta”, precisó el portavoz de Río-2016, Mario Andrada.

El atleta, que practicaba ciclismo desde 2002 y ya había competido en los Paralímpicos de Londres, recibió los primeros auxilios en el lugar del accidente, pero falleció de un ataque cardíaco poco después de ingresar al hospital.

Golbarnezhad era uno de los pilares del equipo. Casado y con un hijo, “era un hombre dedicado a su familia, trabajador y un atleta activo en nuestra delegación”, describió Masoud Ashrafi, secretario general del Comité paralímpico iraní.  

En los Juegos de Londres, China ganó la competición con 239 medallas (107 de oro), 12 más que hace 4 años. Gran Bretaña, Ucrania, Estados Unidos y Australia completan el quinteto de honor. En Río se batieron 103 récords del mundo. (I)