Es común ver, sobre todo, en los más pequeños, dejar de lado el brócoli en el plato de comida. Quizá su sabor no resulte del todo agradable, pero este detalle es lo de menos si se conocen sus beneficios en la salud.

Sus propiedades anticancerígenas, su alto contenido de vitamina A, C, E, aminoácidos, zinc y potasio lo convierten en un vegetal preventivo del cáncer de mama, de útero, de próstata y de órganos internos como hígado, colon, riñones e intestinos.

Además, purifica la sangre gracias a sus propiedades antioxidantes, pues elimina las toxinas, los radicales libres y el ácido úrico. Este componente, al igual que las vitaminas E, B, A, K y ácidos grasos omega-3, permite que la piel sea más suave y brillante.

Además previene enfermedades cardiovasculares gracias a sus fibras que ayudan a eliminar el colesterol malo del organismo. Este mismo elemento previene las afecciones al estómago y ayuda a la digestión. El brócoli es rico en calcio, fósforo, magnesio y zinc, por lo que lo hace un excelente nutriente para los huesos.

En la actualidad, es uno de los alimentos más recomendados para las mujeres embarazadas. Al mismo tiempo, previene las cataratas gracias a su componente de zeaxantina. Posee una composición similar a las coles de Bruselas.