PAIS cumplió trabajo “silencioso” en parroquias más pobladas de Guayaquil
Un trabajo silencioso, de “gastar suela” y que llevó al menos cuatro años finalmente dio sus frutos: la presencia del movimiento PAIS en Guayaquil se fortaleció, sobre todo en dos parroquias clave: Ximena y Febres Cordero, las más populosas y que hasta hace poco eran bastiones del socialcristianismo. El ejemplo de aquellos es el resultado que, hasta ahora, ha obtenido en las pasadas elecciones.
En la circunscripción 1 (que comprende las citadas parroquias) el movimiento oficialista ha logrado hasta el momento el 64% de los votos, mientras que de los cinco puestos para asambleístas provinciales consiguió virtualmente cuatro curules.
Para Raúl Patiño, coordinador de Acción Política del movimiento y uno de los asambleístas electos por PAIS, la razón de este fenómeno se debe al cambio de hacer política y que la campaña fue un hecho coyuntural, ya que el proceso no es de ahora sino de al menos cuatro años. “Lo primero que hicimos fue construir el movimiento PAIS como democrático, porque los partidos tradicionales son propiedad de sus respectivos, quienes definen a cuatro o cinco caciques que mueven gente cuando hay elecciones, pero luego de eso cierran centrales y no vuelven sino cuando hay otro proceso”, explicó.
En la circunscripción 1 empezó a trabajar con dirigentes como Mónica Brito, Lídice Aldaz, Lléber Loor, Bairon Valle, Nelson Hermosa, Fernando Rentería, Marcos Urgilés, Mario Jalca, Amalia Morán, entre otros, que poco a poco se sumaron como coordinadores.
Los dirigentes se capacitaron con la ideología de PAIS, se les explicó las cinco revoluciones, después las siete y, finalmente, las diez, donde se conoció la revolución social, política, ética, latinoamericana, de medio ambiente, de la justicia, urbana, etc. “Fue difícil al principio y costó mucho tiempo, ya que la política tradicional no es así. A partir de 2009 comenzó a tener fuerza con los primeros coordinadores que se distribuían las tareas de formación, organización y acción política.
Así, agregó Patiño, mientras otros partidos y movimientos tienen seis dirigentes, ellos tienen 500 equipos y en cada uno por lo menos hay diez o veinte dirigentes. No hay presidente, ni director, sino coordinadores, ya sea de manzana, de barrio, o sector. “Empezamos con 16 equipos, nos comprometimos a organizar 52, cada uno responsable de 50.000 personas, pero esos grupos organizaron 500 equipos de 50.000 para tener mayor capacidad de acercamiento con la gente”, recalcó.
La capacitación se multiplicó con el tiempo, pues los primeros empezaron a formar grupos en sus barrios y entregaban folletos e información de lo que se trataban las revoluciones, además de que tenían una base firme como la gestión del Gobierno que se reflejaba en las obras que ejecuta.
No estuvieron exentos de problemas, como robos o problemas con personas contrarias ideológicamente, en ese último caso se aconsejaba a los coordinadores no discutir, sino continuar en otras casas.
Gobierno como referente
Según Bairon Valle, conocido dirigente de la parroquia Febres Cordero y también virtual asambleísta electo, en este proceso hubo dos aspectos: el referente fundamental y el complementario.
En el primer caso, dijo, los guayaquileños y el país en general se dan cuenta que se pasó de una época en que solo había promesas incumplidas a otra en que sí es posible realizar lo que se ofrece. “Tenemos un gobierno que obedece a un proyecto político, mediante el plan nacional del buen vivir en el que el Ejecutivo apunta a un solo fin que es la agenda de la revolución ciudadana”, manifestó.
Explicó que hay un gobierno que en su primera campaña su lema fue recuperar la Patria, luego vino La Patria ya es de todos, han pasado cuatro años y el eslogan ahora es Patria para siempre, que significa radicalizar la revolución.
De allí que la propuesta que plantean es impulsar una revolución urbana para lograr un sostenimiento jurídico a esa división que ha hecho el Gobierno de 140 distritos en el país, para que se desconcentre la gestión del Gobierno Central y de los gobiernos locales y garantizar que los recursos vayan a todas partes.
Respecto a la parte complementaria, desde que se creó el movimiento PAIS la central de Esmeraldas y Gómez Rendón se convirtió en un enlace entre el ciudadano y el espacio público, de manera que se puedan articular y resolver problemas de la comunidad.
Valle descartó que el éxito electoral haya sido únicamente por la forma en que realizaron la campaña. “Esa es una de las tantas actividades que tenemos que enfrentar a diario y la que más tiempo nos ocupa, pero en forma permanente estamos constituyendo comités de revolución ciudadana en todos los espacios, tanto a nivel territorial como sectorial.
Para una mejor organización, los moradores de un sector forman un comité, puede ser de una cooperativa, de un barrio, de cuatro manzanas o también sectorial (jóvenes, mujeres, profesionales), que vive en cualquier parroquia de Guayaquil y que se une para el mismo fin.
Valle recalcó que si una persona se quiere sumar, tiene que entender primero lo que es la revolución ciudadana, que obedece a un proceso e incluye un trabajo continuo y serio. “Hubo gente en principio que venía a gritar y con eso se sentía con derecho a ser candidato, eso lo revertimos con capacitación y hacer entender que el fin no era eso, sino consolidar una estructura que defienda la revolución ciudadana.
LA DISTRITALIZACIÓN ES EL SIGUIENTE PASO DESDE LA ASAMBLEA
Tanto patiño como Bairon Valle consideran que el siguiente objetivo para fortalecer los gobiernos locales autonómos es apuntalar la distritalización. “La ley apunta a darle a los ciudadanos el alcance necesario para que sus necesidades y servicios sean satisfechos”, comentó Valle, quien sostuvo que para ellos no solo se requiere desconcentrar el Gobierno local, sino también las instituciones del Estado.
Dijo que así como el Gobierno coloca en cada distrito una dirección distrital de salud o de educación, también se requiere una oficina del Municipio en cada distrito y que no sea solo para recaudar impuestos, sino que planifique con los ciudadanos y que el alcalde le dé a esa oficina los recursos.
Patiño sostuvo que Guayaquil está dividida en nueve distritos; “cada distrito tiene una población de 250.000 personas, por eso buscamos que en cada jurisdicción haya direcciones distritales de salud, de educación oficinas municipales, unidades de policía comunitaria, por eso el hospital del Sur, que se construye, servirá para descongestionar al que existe en el Suburbio”, comentó.