Desde hace más de 20 años, Karina Cruz, comerciante quiteña, recolecta ropa de segunda mano para elaborar los monigotes en el norte de Quito. Además, compra papel reciclado para el relleno de los muñecos. La elaboración de los ‘años viejos’ es una tradición en su familia.

Cada mes, Karina tiene la tarea de adquirir la materia prima para los monigotes. El precio de un costal de prendas, por ejemplo, es USD 50 y el de papel reciclado es de USD 70.

Conseguido el material, la quiteña y su familia realizan la selección del pantalón y la camisa. Luego, se cosen con un hilo grueso para que no se desprendan y se rellena con papel reciclado entre revistas, periódicos y cuadernos. Finalmente, colocan una careta (máscara). Este proceso dura alrededor de una hora y media por cada muñeco.

“Yo hago los monigotes y vendo la última semana del año de 400 a 500 muñecos entre grandes y pequeños”, cuenta Karina.

Por otro lado, hay comerciantes que ya no elaboran los monigotes. Más bien compran a los distribuidores mayoristas y los revenden. Comentan que así se ahorran tiempo y materiales. Walter Molina es uno de ellos. Él adquiere sus muñecos de trapo en ‘La Colmena’, ubicada al centro sur de Quito, y los de cartón en Guayaquil.

“A pesar de no ganar mucho al menos se sigue con la tradición familiar de venta de monigotes”, dice Evelyn, comerciante del Mercado Santa Clara.

Ella también ha optado por comprar los muñecos de cartón elaborados desde Guayaquil y solo revenderlos. “Antes hacía los monigotes. Ahora solo compro para vender, me sale mejor y ya no gasto tiempo’’

El valor de los monigotes varía y depende del tamaño y la calidad. Sin embargo, en todos los puntos de venta oscilan a un precio semejante. Por ejemplo, uno de trapo y relleno de periódico va desde USD 5 hasta USD 18. Mientras que, el de cartón oscila entre USD 5 y USD 150.