Un mes ha pasado desde que el Paro Nacional, convocado por las organizaciones indígenas, finalizara, pero los negocios en el sector del Parque del Arbolito no logran recuperarse del golpe económico. Según los comerciantes, las ventas están más bajas que antes, y no reciben ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades.

El sector del Parque del Arbolito fue el foco de las protestas en Quito, que llegaron a su fin el pasado 30 de junio del 2022, con la firma del acto de paz entre el Gobierno Nacional y las organizaciones indígenas. 

Un equipo de Diario El Telégrafo, realizó un recorrido por el sector para conocer la realidad de los últimos 30 días, de los negocios que comercializan sus productos.  

Cristina Saá, tiene un negocio de repuestos de bicicletas en la Av. Tarqui y 6 de Diciembre. Comenta que las ingresos bajaron totalmente, no se vende en las proporciones que uno espera, y que les iba mucho mejor antes del Paro Nacional

“Antes del paro nos iba mejor porque la gente sí tenía sus ahorros, pero como hubo el paro y subieron las cosas, la inversión que uno tenía se iba en esos 18 días” comenta Cristina. 

Los comercios que viven del día a día, son de los más afectados tras las manifestaciones, ya que deben recuperarse de 18 días sin recibir ningún tipo de ingresos. 

María Guanoluisa tiene un pequeño puesto por más de 45 años, ubicado en la Av. Clemente Ponce y 6 de Diciembre, al lado de la Contraloría General del Estado, lugar que fue vandalizado por los manifestantes. 

María comenta que durante el paro se arriesgó y salió a vender rodeada de un pequeño cartón, cerca del impacto de las bombas lacrimógenas. Ahora que todo finalizó, las ventas están muy bajas. 

“Estábamos recuperándonos de la pandemia, y ahora decaemos de nuevo. No es justo, dese cuenta que nosotros pagamos impuestos, lo que ocupamos la vía. Toca ver ahora cómo ganarse la vida porque nadie nos ayuda ni nos da nada”.  

Similar es el caso de Paulina Sisa, ella tiene su kiosco a las afueras del Ministerio de Trabajo. Comenta que las ventas están malas, y que las soluciones que deben tomar para subsistir, no son las mejores. 

“No hemos recibido apoyo. Los bancos piden muchos papeles, y uno a veces debe acudir a los chulqueros y por eso estamos endeudados”. 

“En los 31 años que tengo el puesto, es la primera vez que la situación está así. Sobrevivimos solo por el Ministerio de Trabajo, si ellos salen de aquí, nos toca buscar otro sitio para trabajar”. 

En ciertos casos, los negocios no buscan recuperarse, sino sobrevivir. Este es el caso de Herman Cuenca, él tiene una papelería más de 10 años, tuvo pérdidas del 100% durante las manifestaciones, y aún no logra salir de las pérdidas económicas.

“Este ha sido el golpe más duro que hemos afrontado. En los últimos 30 días, y considerando que los colegios están de vacaciones, esto está botado” comenta Herman. Él trabaja también los fines de semana fuera de su negocio, “no para recuperarnos, sino para sobrevivir”.

Esta es la tónica de los negocios que estuvieron en el foco de las manifestaciones el pasado junio. Ingresos escasos, pagando deudas, sin apoyo del Estado, y saliendo adelante en la manera que puedan.

Un mes no ha sido suficiente para que se levanten del golpe económico, y parecería que están lejos de encontrar una solución a corto plazo.