Historias: Tres mujeres que han superado adversidades
Paola, Leonor y Carmen son mujeres que, al igual que muchas, han superado varias adversidades y han logrado posicionarse en los diferentes ámbitos. Son madres, esposas, trabajadoras, emprendedoras y, sobre todo, luchan por alcanzar mejores condiciones de vida.
Paola Marcillo y su ayuda a familias de personas con discapacidad
Paola Marcillo tiene 48 años y a los 20 se convirtió en mamá de Daniela o ‘Dani’ -como la llama con cariño-. La joven fue diagnosticada con esclerosis tuberosa, enfermedad que le provocó un retardo en su desarrollo; además tiene autismo y episodios de epilepsia. “A los seis meses detectamos que Dani tenía movimientos involuntarios, por lo que empezamos a llevarla a los médicos. Tuvo muchos diagnósticos. Fue un viacrucis”.
A los 5 años -relata Paola- le dieron el diagnóstico correcto y tuvo que dejarlo todo para dedicarse a su hija con discapacidad. Renunció a sus estudios como ingeniera comercial y a su trabajo. “Puse como prioridad a mi hija. Me dediqué 100% a ella, ya que no podía realizar varias actividades sola, como lavarse los dientes, bañarse o cambiarse de ropa".
Sin embargo, reconoce que fue una decisión acertada. Paola también abrió la Fundación Nuestro Padres para ayudar y acompañar a las familias de personas con discapacidad. Juntos lograron cosas importantes, como la inclusión de sus hijos en obras de teatro y en un plantel educativo fiscal. "Los chicos con discapacidad -incluida Dani- lograron terminar la escuela".
Actualmente, Dani -gracias al amor y el trabajo de Paola- realiza arteterapia -pintura, música y baile-. También tiene una marca personal de manualidades. Su nombre es Danny Art, en la cual realiza cuadros con materiales como piedras, granos, etc. y pinta artesanías. Ha vendido varias y ha estado presentado sus creaciones en una galería.
El trabajo de Paola ha sido reconocido por el Municipio de Rumiñahui, localidad en donde reside. “Hemos pasado por experiencias maravillosas junto a Dani”.
Leonor Vera, trabajadora y emprendedora manabita
Leonor Vera, de 39 años, es símbolo de trabajo constante. Desde los 11 años empezó a laborar en limpieza de casas en su natal Manabí. Luego llegó a Quito en donde siguió realizando este trabajo para mantener a su familia.
Sin embargo, dice, al tener tres hijos: Mishell (19 años), Leonel (6 años) y Matías (1 años y tres meses) decidió dar un vuelco a su vida: emprendió un negocio. “Siempre he estado trabajando; nunca he parado. Pero decidí frenar un poco para pasar más tiempo con mis hijos”.
Es así como se vinculó a este negocio. Al principio tuvo miedo, ya que no sabía si tendría compradores. Sin embargo le ha ido bien. Hoy vende más de 35 paquetes diarios de empanadas, corviches y bolones de verde. En menos de un mes ya ha tenido pedidos para cafeterías y demás espacios. Su meta es poner un restaurante y llenar de sabor a todas las familias.
'Carmen' frenó hechos de violencia
'Carmen', nombre protegido, sufrió el maltrato de su expareja durante cinco años. El hombre no le dejaba estudiar ni trabajar; tampoco le daba comida.
En el tiempo que estuvieron juntos vivió situaciones de amenazas constantes. Le decía que le iba a quitar a sus hijos. Producto de la violencia, los pequeños crecieron agresivos y con mucho miedo.
Afortunadamente, Carmen logró salir de ese círculo de violencia y ahora vive en la Casa de la Mujer de la Unidad Patronato Municipal San José. Allí recibió ayuda y ahora está mejor. Busca emprender en un negocio para sacar adelante a sus hijos.
También le puede interesar:
En Ecuador, una mujer es asesinada cada 27 horas