El Metro de Quito empezó su operación comercial. Desde las 05:30 de este 1 de diciembre, el sistema de transporte abrió sus puertas sin mayores inconvenientes ni aglomeraciones. El tiempo que toma el traslado es lo que más llamó la atención de los usuarios.

A las 06:03, en la Estación El Labrador, poca gente ingresa desde las paradas del Trole y sus alimentadores hasta el Metro de Quito. Es la primera parada desde el norte. Entre los usuarios hay dudas sobre hacia dónde dirigirse.

Jennifer Chávez es una de las pasajeras que usará por primera vez este sistema de transporte. No ha creado su cuenta ciudad y tiene a la mano 45 centavos. Hay personal del Metro, agentes civiles metropolitanos y policías. Todos intentan direccionar a los pasajeros hacia los andenes.

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— Metro de Quito (@MetrodeQuito) December 1, 2023

Chávez cuenta que, normalmente, toma un bus desde el sector de la Kennedy, en el norte de la ciudad. Se dirige a su trabajo en el sector de la Carolina. Ese trayecto, en un día cualquiera, le toma 25 minutos. En el Metro, eso significa recorrer cuatro paradas:El Labrador, Jipijapa, Iñaquito y La Carolina.

Logra embarcarse en uno de los 18 trenes a las 06:27. No hay mucha gente. Tanto es así que obtiene un asiento junto a otras seis personas en uno de los vagones del final del tren. En los otros vagones, el panorama a esa hora es similar. No viaja al tope de su capacidad, es decir; 1.500 personas por tren.

Seis minutos después; es decir, a las 06:33, Carolina llegó a la parada de La Carolina. Son tres estaciones recorridas en seis minutos. Chávez sale de la estación y dice que tiene tiempo de sobra para llegar a la oficina.

En el túnel no hay señal para los teléfonos móviles. Eso no evitó que, tanto Chávez como el resto de pasajeros, viajen con su celular en la mano para captar cada minuto del viaje.

Inauguración del servicio

Varias personas, a lo largo de las 15 estaciones, fueron las encargadas de cortar la cinta para la inauguración. Una de ellas fue Iván Montaño en la parada Iñaquito. “Siento una emoción. No pensaba ser el primero, pero fue extraordinario”.

Él, todas las mañanas trota en el parque La Carolina. Pensó que, si el sistema estaba abierto a la hora de su ejercicio, subiría a uno de los vagones. Dijo que el Metro ayudará a la movilidad de la ciudad, sobre todo, en las horas pico.