“Mi mujer está dando a luz”, “ya se le ve la cabecita al bebé”, “está pujando…”, “rapidito, rapidito… porque ya está dando a luz, “cómo le ayudo”, “hola, mi amor” son frases que las personas que reportan labores de parto al 9-1-1 pronuncian mientras alertan sobre estas emergencias, que en lo que va de 2022 suman 3.397. Estos sonidos se funden con el ruido ambiental propio de las viviendas y en ocasiones se oye incluso el llanto de los recién nacidos.  

Al comparar esta cifra con el año anterior se registra un decrecimiento del 16%, en 2021 (enero - abril) hubo 4.050 alertas vinculadas con mujeres en estado de gestación que recibieron atención. En ocasiones, gracias al soporte telefónico brindado desde las salas del ECU 911, los alumbramientos se dieron en los mismos sitios desde donde se reportaron.

Esta clase de llamadas se receptan desde casas, vehículos, calles, carreteras… Para atenderlas se ejecuta el protocolo Clave Roja (respuesta inmediata y prioritaria), el evaluador pide todos los datos para transferir la llamada a personal médico y brindar soporte telefónico, con indicaciones específicas sobre cómo brindar asistencia primaria hasta la llegada de la ambulancia.

En estos casos, el apoyo brindado por los familiares de la parturienta es fundamental. Ellos experimentaron una serie de emociones al momento de apoyar y traer una nueva vida al mundo. En los audios se evidencia que los partos estaban ya avanzados y que ellas dan a luz con la ayuda de un acompañante, quien se mantuvo en permanente contacto con personal especializado.

Frases como “fue un parto normal…, no hubo apnea en la niña, lloró inmediatamente”, “le voy a indicar para que el niño salga bien”, “abríguele a la señora”, “despacito, despacito… él solito va a querer moverse”, “póngale encima del pecho de la mamá”… quedan grabadas en la base de la central de emergencias y en la memoria de quienes experimentaron estas situaciones.

LOS CASOS REGISTRADOS

En Santo Domingo, la articulación del ECU 911 con las instituciones de socorro permitió que Joselyn Mera, de 24 años, trajera una nueva vida al mundo. Una vez conocida la alerta, se coordinó la movilización de personal técnico y recursos de las entidades articuladas, mientras un especialista del Ministerio de Salud Pública (MSP) brindó las indicaciones necesarias al alertante para ayudar a la paciente en el alumbramiento.

La bebé nació en buenas condiciones gracias a la guía telefónica del paramédico, quien luego se trasladó al lugar con el apoyo del Cuerpo de Bomberos para evaluar las condiciones de la niña y su madre. La colaboración de Luis, el esposo de Joselyn, y de la hermana fue importantísima, él luego de esta emocionante experiencia quiere ser paramédico para atender emergencias.

La joven madre agradeció “a las personas que estuvieron con nosotros, al paramédico Lucas, al 9-1-1… porque a pesar de las complicaciones que había en el país (restricciones por la crisis sanitaria), siempre estuvieron ahí. El paramédico en la llamada y cuando llegó supo hacer su trabajo muy bien, supo ayudarnos” para que mi hija naciera sin complicaciones.  

Los otros casos sucedieron en Pichincha, El Oro y Orellana y el proceso de alumbramiento quedó registrado en las grabaciones de la central ecuatoriana de emergencias.  En uno de los hechos se contó con el soporte visual del sistema de cámaras del ECU 911.