Ecuador ratifica su respaldo al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares
El ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gallegos, resaltó la pronta entrada en vigor del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares e invitó a los Estados que aún no lo han hecho, a firmar y ratificar este instrumento.
El exhorto lo efectuó en la reunión de alto nivel, que se realizó de manera virtual, para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares. La cita se realizó en el marco del 75º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En su intervención, el canciller destacó que el año 2020 no sólo marca el 75º aniversario de la creación de las Naciones Unidas, sino también “dolorosamente” el 75° aniversario de las detonaciones nucleares en Hiroshima y Nagasaki.
Con la vigencia de este tratado, sostuvo, por primera vez, las armas nucleares serán prohibidas de forma legal a través de un tratado internacional jurídicamente vinculante. Ecuador, junto a la mayoría de miembros de las Naciones Unidas, participó en las negociaciones que concluyeron con la adopción, en 2017, del tratado.
Reiteró también el llamado de Ecuador para la pronta entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares e invitó a la entrada en vigor de este instrumento. Mientras esto ocurre, solicitó que se mantenga una moratoria permanente sobre estas pruebas.
Ecuador, como país miembro de la ONU desde su fundación, acompañó los esfuerzos de la Organización para eliminar las armas nucleares. La primera resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas fue sobre desarme nuclear, presentada por Ecuador el 26 de enero de 1946; en su texto se llamó “a eliminar de los arsenales nacionales las armas nucleares”.
En un recuerdo de las víctimas de este tipo de armas, Gallegos expresó su anhelo de que la humanidad nunca más sea testigo de una prueba o explosión nuclear y llamó la atención sobre la paradoja que significa que el gasto anual de mantenimiento de las armas nucleares sea equivalente a 30 años del presupuesto de la Organización Mundial de la Salud, cuya capacidad se ha visto desbordada por la pandemia del covid-19. (I)