Al día de hoy en Ecuador existen muchos imitadores, cómicos, caricaturistas y personajes que se burlan y critican a la política, pero ninguno ha llegado a trascender de manera histórica y popular como Don Evaristo, primer actor/comediante ecuatoriano.

Ernesto Albán Mosquera, nombre real, fue un defensor popular del pueblo ecuatoriano. Él utilizaba sus habilidades teatrales para criticar con ironía a los personajes de la política ecuatoriana.

El actor, músico y cantante de tangos representaba a Don Evaristo vestido con un saco viejo y ropa carcomida. Albán rompió los esquemas del teatro en los años 30, ya que en esa época era dirigido principalmente a la élite, pero él se volcó hacia los barrios.

Don Evaristo Corral y Chancleta se mostraba como un hombre de clase media, empleado público y contribuyente, el típico chulla de la capital que aparentaba una vida ficticia. Albán aprovechó la riqueza lingüística de Ecuador para otorgarle a su personaje un distintivo con fuertes raíces nacionales.

Detrás de las grandes presentaciones del comediante, se encontraba un gran escritor: Alfonso García Muñoz, quien escribió más de 100 relatos cortos donde el elemento principal era la burla y la crítica a la situación de la sociedad quiteña. Tiempo después, García recopiló todos sus relatos y los publicó en la obra que se llamó “Estampas de mi Ciudad”. Así nace el personaje que escenificó las Estampas Quiteñas que exaltaban las virtudes de los ecuatorianos.

La estampa es un género de artes escénicas que se caracteriza por ser obras pequeñas donde se abordan condiciones sociales, políticas, culturales y económicas.

El comediante recorrió todo el Ecuador interpretando la obra y durante 50 años fue uno de los personajes más queridos del pueblo.

El día de su muerte  se declaró luto nacional. Su cuerpo permaneció en una sala de velación en el Teatro Sucre de Quito.  Miles de admiradores procedentes de todo el Ecuador desfilaron ante su féretro.

El chulla eterno

En 2003, se colocó un monumento de bronce en su honor, sentado en una de las bancas de la plaza del teatro, distinguido por su típico sombrero, chaleco y corbata.

A finales de los 80 e inicios de los 90 dieron vida a la caricatura de Don Evaristo como educador de la comunidad. Se lanzaron varios spots publicitarios para que los quiteños tomen conciencia del cuidado del espacio público.

Copy: El primer comediante ecuatoriano que criticaban la política del país.

Spot: Don Evaristo fue plasmado en un monumento de bronce y en una caricatura de los 90.