El excandidato presidencial del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, y su hijo David, quien hacía parte de los cuadros directivos de la campaña, deberán explicar la relación que mantuvieron con el hacker Andrés Sepúlveda, quien intervino las comunicaciones de algunos miembros de la mesa de diálogos de La Habana.

Así lo anunció el fiscal general, Eduardo Montealegre, quien aseguró que el 30 de enero Zuluaga deberá comparecer para que explique sus posibles nexos con el hacker, que trabajó en su campaña en actividades poco transparentes.

Las interceptaciones ilegales a correos electrónicos y comunicaciones privadas de celulares es la principal arma utilizada por los enemigos de las negociaciones de paz entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno colombiano que se realizan en La Habana.

Incluso estas interceptaciones llamadas ‘chuzadas’ en Colombia han ido más lejos ya que estuvieron a punto de dar al traste con el último proceso electoral de junio pasado cuando resultó reelecto el presidente Juan Manuel Santos.

Hace pocos días, el jefe negociador del Gobierno en el proceso de paz, Humberto de la Calle, amplió en la Comisión de la Fiscalía General de la Nación una denuncia en la investigación que se adelanta por las interceptaciones ilegales que se habrían hecho en contra de sus mails y comunicaciones privadas.

De la Calle aseguró en sus denuncias que en 17 oportunidades habían intentado ingresar de manera ilegal a sus cuentas personales, hecho por el cual solicitó una investigación.

A finales de septiembre pasado, De la Calle ya había alertado por las interceptaciones y de un presunto espionaje a su correo electrónico personal. “Autoridades en Colombia me informan que los hechos recientes demuestran qué operaciones ilegales lograron infiltrar mis comunicaciones personales”, dijo el funcionario en ese momento.

El politólogo Gerardo Hernández sostuvo que “quienes se oponen al proceso de paz han utilizado estrategias ilegales para dar al traste con las negociaciones”, pero consideró que el proceso ha encontrado el respaldo internacional y ahora está en un punto sin retorno y es más complicado su saboteo. No descartó nuevos hechos de la extrema derecha para complicar los debates de La Habana.

El caso salió a la luz en febrero pasado cuando la revista Semana reveló la existencia de una oficina fachada de la Inteligencia Militar, conocida como Andrómeda. El lugar fue allanado por la Fiscalía General, pues bajo la cubierta de ser un centro de capacitación en temas relacionados con informática y el ‘hackeo’, desde allí se habrían realizado y subcontratado hackers para actividades de monitoreo a los correos y comunicaciones electrónicas del equipo de negociadores del proceso de paz en La Habana, Cuba.