La coalición liderada por Estados Unidos continuó ayer con sus aliados árabes los ataques aéreos contra posiciones del grupo radical Estado Islámico (EI) en Siria, esta vez contra los pozos petrolíferos controlados por los yihadistas.

Mientras los aviones de combate franceses realizaron ataques contra el grupo extremista en Irak, Reino Unido planea enviar sus cazas.

Según analistas, al atacar 12 refinerías controladas por el grupo EI, la coalición ha querido debilitar financieramente a los yihadistas, objetivo esencial en el combate que libra contra ellos.

El EI produce más petróleo que el gobierno sirio. El ministerio sirio de Petróleo estima que los yihadistas extraen 80.000 barriles diarios (bd), mientras que la producción gubernamental cayó a 17.000 bd.

Sin embargo, según Valérie Marcel, investigadora del instituto Chatham House de Londres, el EI produce solamente 50.000 bd en Irak y en Siria.

Expertos opinan que el EI controla 7 campos petroleros y 2 refinerías en el norte de Irak, y 6 de los 10 campos de Siria.

Las 12 refinerías atacadas en bombardeos aéreos son artesanales, ya que las 2 principales de Siria están en zonas controladas por el régimen, en Homs (centro) y Banias (oeste).

Un militante, Rayan al-Fourati, huido recientemente de Deir Ezzor, indica que los yihadistas mantienen en actividad los campos petroleros y gasíferos, las centrales eléctricas y las represas que controlan, al pagar un suplemento de salario a los empleados de estas infraestructuras, que siguen además recibiendo dinero del gobierno sirio.

Según estimaciones del Pentágono, los yihadistas venden el petróleo de contrabando a los países vecinos. Una portavoz del ministerio sirio de Petróleo, indicó que el principal cliente es Turquía, que compra ese petróleo a través de intermediarios.

Las tarifas oscilan entre 20 y 55 dólares el barril, lo que supondría ingresos de entre 1 y 3 millones de dólares diarios, según las estimaciones.

En una decisión unánime y vinculante, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó ayer una resolución que exige reforzar los controles fronterizos para impedir la salida de extremistas y endurecer las leyes que castigan a quienes reclutan y financian a estos movimientos.

También advirtió a los países contra cualquier compra de petróleo a grupos con el EI, o el Frente Al-Nosra (rama siria de Al Qaeda), ya que podría acarrear sanciones contra los gobiernos.