El Secretario de Estado de Estados Unidos llegó a Arabia Saudí mientras las tensiones en el Medio Oriente continúan aumentando, cuatro días después de que los campos petroleros y una planta de procesamiento en el reino fueran atacados.

En declaraciones a los periodistas, en la ciudad occidental de Jeddah, Mike Pompeo calificó los ataques del fin de semana como un “acto de guerra” y aseguró que “este fue un ataque iraní” contra Arabia Saudí.

Incluso, si las afirmaciones “fraudulentas” de responsabilidad por parte de los rebeldes hutíes respaldados por Irán eran ciertas, agregó Pompeo, “no cambia las huellas digitales del ayatolá por haber puesto en riesgo el suministro mundial de energía”.

En ese mismo contexto, Arabia Saudí alegó que el ataque de drones y misiles de crucero fue “indudablemente patrocinado por Irán”, nombrando pero no acusando directamente a Teherán de lanzar el asalto.

“El ataque fue lanzado desde el norte y no hay dudas de su origen”, dijo el portavoz militar saudita, el coronel Turki al-Malki a periodistas.

Al no decir que los misiles fueron lanzados desde Irán, el reino evita una respuesta que podría conducir a la guerra entre los países de peso pesado de la región y la superpotencia internacional, Estados Unidos.

La convocatoria de prensa tuvo como telón de fondo los drones rotos y quemados y piezas de un misil de crucero supuestamente recogidos de los ataques.

Irán, por su parte, niega haber estado involucrado en el ataque reclamado por los rebeldes yemeníes y advirtió a Estados Unidos de que tomará represalias “inmediatamente” si Teherán es el blanco de ofensivas.

El pronunciamiento llegó luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó un “incremento sustancial” de las sanciones contra Irán.

“Acabo de instruir al secretario del Tesoro que incremente sustancialmente las sanciones contra el país de Irán”, tuiteó Trump sin dar más detalles. (I)