Violencia envuelve a Egipto tras la caída de Mohamed Morsi
El Cairo.- Al menos cinco personas murieron en los enfrentamientos entre partidarios de Mohamed Morsi y miembros del Ejército, en una jornada en la que islamistas y “revolucionarios” se desafiaron en las calles de Egipto para medir sus fuerzas tras el golpe de Estado del pasado miércoles.
El presidente interino designado por el ejército egipcio, Adli Mansur, por su parte, disolvió el Consejo de la Shura, la cámara alta del Parlamento, la única que permanecía abierta desde que los militares impusiesen una sentencia del Tribunal Constitucional y cerrasen la Cámara de Representantes en julio de 2012.
Cinco personas murieron en los enfrentamientos entre partidarios de Morsi y miembros del EjércitoLos choques se produjeron en las inmediaciones de la sede de la Guardia Republicana, en el complejo presidencial, donde está detenido Morsi. Los enfrentamientos se registraron cuando miles de partidarios del presidente depuesto se dirigieron desde la plaza de Rabea al Adauiya hacia la sede de la Guardia Republicana coreando gritos como “Morsi es nuestro presidente” o “traidores”. El Ejército disparó contra la gente y utilizó gas lacrimógeno para disolver la concentración, lo que produjo un número indeterminado de heridos.
“Estoy en un taxi, y vamos de un barrio a otro. Es una situación muy complicada. Los manifestantes de los Hermanos Musulmanes están disparando en muchos barrios. Y están atacando a la gente también con armas blancas, sobre todo en los barrios populares”, comentó a TVE la directora de cine y opositora egipcia Amal Ramsis.
También se registraron enfrentamientos en ciudades como Alejandría, Al Arish, en el norte del Sinaí, Suéz o Ismailiya. En estas tres últimas ciudades, manifestantes pro Morsi trataron de tomar edificios del Gobierno.
En medio de la confusión, informó AFP, que dos policías murieron por arma de fuego en la ciudad de Arish, aunque aún se desconocen los detalles del suceso.
Reaparece el guía supremo de los Hermanos Musulmanes
En El Cairo, el guía supremo y máxima autoridad de la Hermandad, Mohammed Badie, de quien se había anunciado su detención, se dirigió a decenas de miles de seguidores islamistas congregados en la plaza de Rabea al Adauiya, instándoles a resistir el golpe hasta que Morsi sea restituido en el cargo.
“Permaneceremos en todas las plazas hasta sacar en hombros a nuestro presidente” (Morsi), dijo Badie ante miles de seguidores islamistas, al tiempo que exigió a las Fuerzas Armadas que “no apoyen a una sola facción”. “El golpe de Estado no es válido”, añadió. “Sacrificaremos nuestras almas por Morsi”, destacó Badía.
En Ciudad Naser, uno de los barrios más poblados de El Cairo y bastión de Hermanos Musulmanes, se concentraron decenas de miles de personas en respuesta a la convocatoria que calificaron como el “viernes de rechazo”. La principal concentración se realizó en la plaza de Rabea al Adauiya.
Por su parte, la campaña Tamarrud (rebelión), que impulsó las masivas protestas del pasado domingo que pedían la renuncia de Morsi, organizó también una manifestación ayer en la plaza Tahrir y el palacio presidencial de Itihadiya en El Cairo. El objetivo de esas dos marchas es la protección de la revolución, ya que creen que el Ejército inició una etapa de transición política y esperan que cumplan sus aspiraciones.
Las Fuerzas Armadas de Egipto pidieron ayer a los egipcios que dejen de lado las venganzas personales y sean tolerantes con el fin de lograr la reconciliación nacional, al tiempo que garantizaron la libertad de expresión y de reunión. En un mensaje difundido en la página oficial del portavoz del Ejército, Ahmed Mohamed Ali, los militares alertaron del peligro de cualquier acto de sabotaje o ataque a las instalaciones públicas o privadas, lo que representa una “amenaza para la paz social y los intereses de la nación”.
Además, llamaron a no adoptar medidas “extraordinarias o arbitrarias contra cualquier grupo o movimiento político”, después de que líderes de los Hermanos Musulmanes comenzaron a ser detenidos o buscados por la justicia.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió ayer a las autoridades interinas de Egipto que especifiquen los cargos contra los miembros de la Hermandad detenidos en las últimas horas o si no que los liberen. “No debería haber más violencia, más detenciones arbitrarias, no actos ilegales de venganza”, señaló Pilay en un comunicado, en el que mostró su “preocupación por la detención de varios líderes de la Hermandad Musulmana”.
El golpe de Estado abre el camino a una delicada transición en Egipto, el país árabe que ya estuvo dirigido por el ejército durante 16 meses tras la revuelta popular de 2011 contra Hosni Mubarak.