El vicepresidente de Estados Unidos partió el viernes hacia una gira por Oriente Medio eclipsada por la controversia que desató el anuncio de trasladar a Jerusalén la embajada de Washington en Israel.

Pence tenía que haber viajado en diciembre pasado, pero desecharon esta opción tras sufrir varias cancelaciones de reuniones después de que el presidente Donald Trump anunciara su intención de reconocer Jerusalén como capital de Israel.

Las violentas protestas que surgieron en ese momento se han calmado, pero aun Pence podría recibir una fría bienvenida en algunas capitales y preocupación por el futuro de la agencia de la ONU de ayuda a los palestinos (UNRWA).

Washington ha retrasado la entrega de un paquete de 65 millones de dólares para el organismo falto de financiación, lo que pone en riesgo operaciones para alimentar, educar, y curar a miles de palestinos refugiados.

El líder palestino, que ya mostró su enfado por la decisión de Jerusalén, ha denunciado a la administración estadounidense y ya había rechazado reunirse con Pence durante su viaje planificado para diciembre.

Pero la secretaria de prensa de Pence, Alyssa Farah, dijo que el vicepresidente se encontraría con los líderes de Egipto, Jordania e Israel en los cuatro días de gira.

Pence llegará a El Cairo el sábado para una reunión con el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, para seguir, al día siguiente, hasta Amman, donde tendrá un encuentro con el rey Abdullah II.

Los líderes de ambos países, los cuales tienen acuerdos de paz y lazos diplomáticos con Israel, serían actores clave si los mediadores de Estados Unidos logran revivir el proceso de paz entre israelís y palestinos, como Trump desea.

También son socios clave en el intercambio de inteligencia y seguridad en las diversas batallas encubiertas y abiertas contra el extremismo islámico en la región, y Egipto es un importante receptor de ayuda para comprar a Estados Unidos armamento militar avanzado . (I)