Venezuela: ¿Victimario o víctima?

“Venezuela viola los derechos humanos de los colombianos, “Maduro intransigente”, “Deportación similar al holocausto judío”. De este tenor han sido los calificativos contra nuestro país, luego de que el presidente Nicolás Maduro tomara la decisión soberana de cerrar la frontera con Colombia y decretar el estado de excepción en Táchira, tras el ataque perpetrado por paramilitares contra nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana el pasado 19 de agosto.

Se ataca a Venezuela por defender su soberanía, mientras que cierta prensa y más gravemente aún, voceros del Gobierno colombiano arremeten ferozmente contra el país alegando falsedades como la supuesta violación de los DD.HH. a colombianos y argumentando barbaridades como que la falta de combustible en ciudades de la nación vecina sea culpa de nuestro gobierno.

Lo que no se dice es que Venezuela ha sufrido, como ninguna otra nación, los efectos negativos de la crisis colombiana y su conflicto armado, que lleva más de 50 años.

Nuestra Patria ha recibido en su seno a millones de colombianos que huyeron de la violencia y la pobreza. Venezuela los acogió con trabajo, documentos de identidad y acceso a la educación y salud gratuitas. Hay 5 millones 600 mil neogranadinos en territorio venezolano, una cifra descomunal si se considera que nuestro país cuenta con 30 millones de habitantes.

El Estado venezolano históricamente ha atendido con solidaridad y responsabilidad la situación de los hermanos colombianos, a tal punto, que los costos económicos del éxodo y de las precarias condiciones de vida en los pueblos y ciudades colombianas fronterizas han sido asumidos por Venezuela, con una evidente “indiferencia” por parte de las autoridades neogranadinas que se hacen de la vista gorda ante la situación de millones de sus compatriotas que viven de actividades ilícitas, como el contrabando de productos alimenticios y combustibles subsidiados por Venezuela.

Para ejemplificar, un solo caso: en la ciudad de Cúcuta cuentan hoy con abastecimiento alimenticio (de productos venezolanos contrabandeados) para más de seis meses de consumo, según lo informó Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional venezolana. ¿Tiene moral el alcalde de esa ciudad para calificar de “indignante la decisión legítima de cerrar la frontera? ¿Debe Venezuela permitir la sangría económica que es hoy la frontera con Colombia solo para que en nuestra hermana nación no se molesten?

Creemos que no. La responsabilidad primaria del Gobierno de Venezuela es garantizar los bienes necesarios para la vida a la población venezolana y debemos subrayar la actitud ejemplar, generosa, apegada a los derechos humanos que ha tenido el Gobierno venezolano, particularmente a partir de la llegada de la revolución, con respecto a la difícil situación humanitaria de Colombia, hemos compartido las cargas y asumido como nuestro el dolor y las penurias del hermano pueblo. No obstante, resulta inadmisible para la Revolución Bolivariana que nuestros ciudadanos deban hacer largas esperas y sufrir escasez, mientras toneladas de productos comprados por el Estado se comercian libremente en ciudades colombianas, luego de ser extraídos de Venezuela de manera ilegal.

No hay xenofobia alguna en la decisión del Gobierno Bolivariano. Es una medida de protección y de soberanía apoyada contundentemente por el pueblo. Nuestro país ha pagado con sangre y divisas la guerra civil colombiana, nuestros campesinos, ganaderos y comerciantes han sido víctimas directas del mismo. Sin embargo, hemos recibido a nuestros hermanos por décadas con los brazos abiertos y expresado nuestro apoyo incondicional al proceso de paz, porque entendemos que mientras ellos sufran el terrible flagelo de la guerra, nosotros también.

Unido a esto, como lo denunció el presidente Maduro este martes, bandas delincuenciales operadas desde Colombia, en complicidad con la derecha venezolana, han actuado para generar caos en el país, con violencia, sicariato, secuestros y asesinatos políticos, como el del diputado Robert Serra.

La defensa de la Patria es un deber y así lo ha expresado el Gobierno Nacional con estas medidas difíciles, pero necesarias para proteger a nuestro pueblo. Hemos hecho causa propia del destino de nuestros hermanos colombianos desde que luchamos juntos por nuestra independencia, fuimos, gracias a la visión del Gigante Bolívar, una sola gran nación por lo que siempre nos han unido lazos inquebrantables de afecto histórico; sin embargo, no puede Venezuela permitir una afrenta que menoscaba la vida misma y el bienestar del pueblo venezolano y, además, tolerar la arbitrariedad, la inmoralidad de que se nos acuse de atentar contra un pueblo y un país que ha recibido un amor histórico de parte de Venezuela, y no es retórica, acciones generosas y solidaridades incontrovertibles lo evidencian. (O)