Nicolás Maduro aseguró su permanencia en el palacio de Miraflores por los siguientes seis  años. El próximo 10 de enero está previsto que se cumpla su ceremonia de posesión correspondiente al periodo presidencial 2019-2025.

Esta fecha alertó a los representantes de los países que están reunidos en Quito y que buscan apaciguar las consecuencias de la crisis venezolana en el continente.

Una de las preocupaciones que se evidenciaron en el encuentro internacional es el inicio de este nuevo mandato porque de acuerdo con los asistentes pudiera generar un incremento de la crisis y de la salida de ciudadanos de ese país. Estas inquietudes coinciden con las noticias que llegan desde el país llanero.

Hay un denominador común en las noticias: el programa de recuperación económica que aplica Maduro fracasó contundentemente. Luego de tres meses, la hiperinflación sigue sin freno; también continúa la debacle de los servicios de salud, educación, agua potable, luz eléctrica, gas y gasolina; la delincuencia está descontrolada y el éxodo masivo de sus ciudadanos se mantiene.

Diario El País de España difundió un informe de la Organización No Gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia que registró 26.600 homicidios en 2017, una tasa de 89 por cada 100.000 habitantes, 15 veces mayor al promedio mundial.

Esto significa que cada hora 3 personas mueren violentamente en el país. Mientras que las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) avizoran una catástrofe económica, con una hiperinflación que alcanzará la cifra de 10.000.000% en 2019.

El periódico venezolano El Nacional aseveró que “en medio de una crisis social, política y humanitaria sin precedentes”, el Ejecutivo ordenó otra prórroga del Estado de excepción y emergencia económica. El matutino sostuvo que desde 2016 se aplicó esta medida pero que hasta el momento no ha servido para mejorar las condiciones de vida de los venezolanos. (I)