Las expectativas sobre trato UE-Londres marcan el cierre de la cumbre europea
El Consejo Europeo termina hoy una reunión extraordinaria en medio de grandes expectativas, pues se espera que el bloque regional llegue a un acuerdo con Reino Unido acerca de sus relaciones futuras.
La cita de jefes de Estado y Gobierno iniciada la víspera tiene varios temas en la agenda, pero sobresale la cuestión británica dado que el trato entre las partes está considerado vital para consolidar la Unión Europea (UE), o destruirla, según declaró el presidente del Consejo, Donald Tusk.
Londres demanda una serie de reformas en la organización como precondición para facilitar la permanencia del país en el bloque, pero algunas peticiones se consideran una amenaza para los valores fundamentales de la UE, por lo que generan rechazo.
En la primera jornada del cónclave, mandatarios como el francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, expresaron confianza en llegar a un trato acerca de las transformaciones.
"Soy bastante optimista, yo creo que habrá un acuerdo, lo veremos en las próximas horas, pero creo que será un acuerdo que permita a (el primer ministro) David Cameron afrontar y, esperamos todos, vencer el referendo sobre la UE", indicó Renzi.
Por su parte, Hollande se mostró a favor de la continuidad del país en el grupo de los 28, pero ello "no puede impedir el avance de Europa".
"Ningún país puede abstraerse de las reglas comunes o de las autoridades comunes", advirtió, en referencia a las aspiraciones británicas de salirse de algunas normativas comunitarias.
En este sentido, el punto más cuestionado es la pretensión de Londres de limitar los beneficios sociales a los inmigrantes procedentes de otros países de la UE, lo que va en contra de la libre movilidad y la igualdad de derechos, consideradas principios fundamentales del bloque.
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, aseveró en rueda de prensa que "los pedidos legítimos de cualquier estado para proteger su sistema deben ser compatibles con la no discriminación y la libertad de movimiento".
De su lado, el primer ministro británico aseveró que no aceptará un acuerdo que no dé respuesta a las necesidades de su país.
"Voy a pelear por el Reino Unido. Si podemos lograr un buen acuerdo lo aceptaré, pero no aceptaré un acuerdo que no recoja lo que necesitamos", declaró.
Pese a toda la expectativa que rodea a la reunión de Bruselas, al final la decisión sobre salir o permanecer en el bloque se definirá en un referendo convocado en Reino Unido en 2017, pero que podría adelantarse para este año. (I)