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"Una parte del PSOE no quiere un acuerdo con Podemos "

"Una parte del PSOE no quiere un acuerdo con Podemos "
FOTO: EUROPAPRESS
05 de enero de 2016 - 00:00 - Gorka Castillo

Miembro del Comité Federal del PSOE, José Antonio Pérez Tapias (Sevilla, 1955) disputó a Pedro Sánchez el liderazgo del partido en las primarias celebradas en 2014 pero su marcado perfil de izquierda fue una losa demasiado pesada frente a un aparato inclinado hacia posiciones centristas. Actualmente es decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada y prolífico articulista sobre la crisis que sacude a la socialdemocracia europea desde hace casi una década. En entrevista con EL TELÉGRAFO habla de las dificultades que tiene su partido para flexibilizar algunos principios que sirvan para lograr un pacto con Podemos y arrebatar el gobierno al derechista Partido Popular (PP). “Como ocurrió en Portugal”, sentencia.

En el Comité Federal del PSOE celebrado la semana pasada pudieron verse las disputas internas que existen en el partido, ¿qué asuntos dividen hoy a los socialistas españoles?

El saber si somos capaces de promover un pacto de gobierno si el PP fracasa en sus negociaciones y no puede configurarlo. Como nuestra decisión es no apoyar a Mariano Rajoy, la opción más factible para alcanzar ese gran pacto es con formaciones de izquierda. Sin embargo, las exigencias del aparato del partido son tan grandes que parecen hacerlo inviable.

¿Se refiere a la petición de Podemos de incluir el “derecho a decidir”, tal y como exigen Cataluña y Euskadi para solucionar sus problemas de encaje en España?

Sí. En mi opinión, creo que la postura de algunos dirigentes territoriales del PSOE de anteponer la “unidad de España” está cerrando la puerta a la posibilidad de un gran pacto de izquierda. El escenario poselectoral nos obliga a ser flexibles y parece que algunos se empeñan en ser lo contrario pese a coincidir con Podemos en muchos otros aspectos.

¿A cuáles se refiere?

A las políticas sociales y contra la austeridad que afecta a las clases más desfavorecidas, a la lucha contra la corrupción, a activar nuevas formas de participación política. El PSOE tiene muchos puntos en común con Podemos o, al menos, los suficientes como para no cerrar la puerta a un acuerdo antes de comenzar a hablar.

En Portugal, el Partido Socialista no tuvo problemas para pactar con dos fuerzas de izquierda y arrebatar el gobierno al derechista Passos Coelho. ¿Por qué en España no es posible?

Quizá es que los españoles somos más intransigentes, no lo sé. Desde luego, hace falta más cultura de lo que significa un pacto político. En España no se tiene claro del todo cuáles son las cuestiones prioritarias y cuáles son los principios. Eso ayudaría a que todos supiéramos flexibilizar nuestras posiciones con el fin de favorecer una convergencia en la gobernabilidad del país que no es imposible como lo demuestran los acuerdos que los socialistas alcanzamos con Podemos en muchos ayuntamientos de España y en varios gobiernos autonómicos.  

Sorprende que la cuestión capital sea la “unidad de España” cuando la política neoliberal de estos años ha incrementado la pobreza y la desigualdad hasta límites desconocidos.

Es la posición absolutamente inmovilista del centralismo histórico. La situación a la que se ha llegado en Cataluña tiene mucho que ver con la intransigencia de un gobierno central que niega cualquier diálogo como vía para solucionar un problema territorial. No es el único culpable, es cierto, pero esa actitud solo ha servido para cavar trincheras en lugar de tender puentes.

Y el PSOE es muy rígido...

Sí. Como quedó en evidencia en el Comité Federal del otro día no solo se bloqueó la posibilidad de un pacto con Podemos sino que ha maniobrado para dejar sin efecto la capacidad negociadora del secretario general del partido, Pedro Sánchez, con Podemos. Una parte importante del PSOE no quiere el acuerdo.

¿Quiere decir que ha sido desautorizado?

Sí, aunque bajo la presión interna de buscar una salida por la izquierda predestinada al fracaso. Ese fiasco será el argumento que utilicen para apartar a Pedro Sánchez de la dirección del PSOE.

Todos los partidos socialdemócratas de Europa viven hoy una grave crisis. Ya no son el referente de la izquierda europea. Le ha sucedido al Pasok en Grecia, al SPD en Alemania, al PSOE en España. ¿Cuáles son los motivos de esta decadencia?

El retroceso es indudable. Hay una cuestión de fondo que debería invitarnos a una profunda reflexión y es el porqué la socialdemocracia se rindió hace ya algunos años a los planteamientos neoliberales. Cuando el viento era favorable y había excedentes hubo intentos de hacer políticas sociales pero sin tocar la economía. El problema brotó cuando llegó la oscuridad de la crisis y surgieron las contradicciones en una corriente política atada de pies y manos para dar respuestas. Va a resultar difícil recuperar la confianza perdida sin hacer propuestas creíbles de transformación social, algo que sí están logrando partidos emergentes, como Podemos. (I)

Cataluña se aboca a nuevas elecciones  

El presidente en funciones de Cataluña, Artur Mas (foto), manifestó ayer su intención de lograr ser nuevamente designado en su cargo a pesar del rechazo de una parte del independentismo a investirlo, lo que podría conllevar a nuevas elecciones en esta región española.

Un día después de que la izquierda radical independentista de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) decidiera no investirlo, Mas se declaró “con ganas de plantar cara a los poderes de Madrid (...) y también con ganas de plantar cara a algunos de aquí (Cataluña) que ponen las cosas excesivamente difíciles”.

Desde su partido  Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) también cerraron filas y descartaron proponer otro presidente como reclama la CUP: “No modificaremos nuestra voluntad de investir a Artur Mas como candidato a la presidencia del Gobierno de Cataluña”, dijo el número dos de la formación, Josep Rull, tras una reunión de su dirección.

Esta semana terminará el plazo para formar un nuevo gobierno en la región del noreste de España y los independentistas no consiguen cerrar un acuerdo que evite la repetición electoral en marzo.

La coalición Junts pel Sí, integrada por CDC y la progresista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ganó las elecciones del 27 de septiembre con 62 diputados, pero necesitaban al menos dos votos de la CUP (10 diputados) para investir a Mas, rechazado por esta formación por sospechas de corrupción en su partido y las políticas de austeridad de su gobierno.

Tras 3 meses de negociaciones, la posición no varió y el domingo esta pequeña formación radical, euroescéptica y antieuro, descartó definitivamente a Mas y reclamó a Junts pel Sí que propongan otro candidato.

Este 9 de enero terminará el plazo para que los independentistas formen un nuevo gobierno en esta región del noreste de España y si no consiguen cerrar un pacto hasta esa fecha, el Parlamento se disolverá el día siguiente y Artur Mas deberá convocar a nuevas elecciones el próximo marzo. (I)

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