Un ultraconservador se posiciona como el gran rival de Donald Trump
No hay visos de solución a la crisis del Partido Republicano. El único que parece ser capaz de arrebatar el liderazgo de las primarias a Donald Trump sería el senador Ted Cruz. Pero este es un ultraconservador que si no estuviera compitiendo el magnate de Nueva York sería el más radical de la contienda. El favorito de la cúpula del partido, el también senador Marco Rubio, no despunta.
Cruz se impuso en los caucus (asambleas electorales) republicanos de Maine (noreste) y Kansas (centro). Pero Trump ganó en Luisiana (sur) y Kentucky (sureste), los dos estados que otorgaron la mayor cantidad de delegados de la jornada.
“Quiero enfrentar solo a Ted”, dijo Trump durante una rueda de prensa en West Palm Beach, Florida, tras la publicación de los resultados. Fue un llamado a los otros aspirantes republicanos, Rubio y el gobernador de Ohio, John Kasich, quienes tienen un pobre desempeño, a abandonar la carrera.
Las votaciones del sábado se presentaban como una prueba para determinar si la cruzada emprendida por la dirigencia republicana para frenar a Trump, liderada esta semana por Mitt Romney, el candidato presidencial del partido en 2012, tiene algún efecto en los votantes.
“El establishment está muy infeliz por la manera cómo van las cosas y lo puedo entender, yo fui parte del establishment. (...) Pero ahora no soy parte del establishment”, proclamó Trump. “Amo el partido republicano y amo a los conservadores”.
Retórica virulenta, falso conservadurismo y un discurso presuntamente cambiante: la élite del partido Republicano teme que una candidatura del magnate le entregue las elecciones de noviembre en bandeja de plata a Clinton o, peor, sacuda para siempre los fundamentos del centenario partido de Abraham Lincoln.
Los votantes han, sin embargo, desconocido el mensaje. El millonario suma victorias en 12 de los 18 estados que ya realizaron elecciones internas, incluyendo Kentucky y Luisiana.
Pero los triunfos de Cruz en Kansas y Maine demuestran que aunque Trump está cada vez más cerca de obtener la nominación del partido, la contienda sigue abierta.
“Lo que estamos viendo es a los conservadores uniéndose, lo que estamos viendo es a los republicanos uniéndose (...) detrás de esta campaña”, añadió.
Cruz recibió un impulso adicional cuando ganó una votación simbólica pero significativa, en CPAC, la gran cita anual de los conservadores estadounidenses, cerca de Washington. Trump causó resquemor entre los conservadores al cancelar su presentación en ese encuentro.
En cambio, el senador de origen cubano Marco Rubio, la apuesta más lógica para la dirigencia del partido, se ganó la ovación en la conferencia al predecir un espantoso futuro para los republicanos “si el movimiento conservador es secuestrado por alguien que no es conservador”, en clara alusión a Trump.
En la mira están ahora las grandes batallas del 15 de marzo: cinco estados decisivos irán a las urnas, entre ellos el feudo de Rubio, Florida, bajo un esquema en el que el ganador se queda con todos los delegados. (I)
Bernie Sanders ganó en Kansas y Nebraska
Los aspirantes presidenciales del Partido Demócrata, Hillary Clinton y Bernie Sanders, se midieron ayer en un nuevo debate, un día después de dividir votos en tres estados durante las primarias camino a la nominación para la Casa Blanca.
Clinton, de 68 años, llega al séptimo duelo verbal entre los aspirantes demócratas, y el tercero a solas con Sanders, tras un abrumador triunfo en la primaria de Luisiana (sur) que amplió su ventaja en la crucial acumulación de delegados para lograr la nominación en la convención demócrata de julio.
Pero las victorias del senador de 74 años en los caucus (asambleas electorales) demócratas de Kansas y Nebraska demostraron que su campaña está viva a pesar de sus bajas probabilidades de vencer a Clinton.
Luego de 18 primarias demócratas, Clinton ganó 11, incluyendo los importantes estados de Texas y Carolina del Sur.
Sanders, que se impuso en siete estados, podría seguir sumando delegados cuando los demócratas voten en el caucus de Maine, un estado al igual que Kansas y Nebraska de mayoría blanca, sector predilecto para el senador.
Clinton y Sanders entrarán a escena en el Whiting Auditorium de Flint, en Michigan (norte), una escogencia nada casual tras el escándalo político desatado por la contaminación del agua potable de esta pequeña ciudad -ya expuesta a inequidades económicas y raciales- luego de que las autoridades locales ignoraran y ocultaran la situación. (I)