EE.UU. no aceptará más de 50.000 REFUGIADOS por año
Trump vuelve a vetar a seis países musulmanes
El presidente Donald Trump firmó ayer un nuevo decreto que determina el bloqueo temporario al ingreso a Estados Unidos para inmigrantes y refugiados de seis países de mayoría musulmana, informó la Casa Blanca.
El diario The Washington Post, informó que el veto firmado en privado indica además que el programa de refugiados de la nación será suspendido por 120 días, y no aceptará más de 50.000 personas en un año, por debajo del umbral de 110.000 establecido por la administración del expresidente Barack Obama.
El nuevo decreto mantiene el bloqueo a personas provenientes de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. No obstante, aquellas personas que posean visas válidas y permisos de residencia podrán ingresar al país, informó el gobierno.
El Secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que el decreto es “vital” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
En enero, apenas una semana después de su investidura, Trump firmó un decreto que cerraba temporariamente las fronteras del país a emigrantes y refugiados de siete países de mayoría musulmana, en una medida que desató una oleada global de indignación.
Sin embargo, ese decreto terminó bloqueado por la justicia, y el gobierno desistió de iniciar una apelación para concentrarse en la redacción de una nueva orden ejecutiva.
Este nuevo veto entrará en vigor el 16 de marzo e Irak quedó fuera de la lista. Un funcionario del Departamento de Estado, que habló para el Post bajo la condición de anonimato, explicó que esta nación fue “tratada de manera diferente” en parte porque el país había acordado “repatriación oportuna” de sus ciudadanos si se les ordenaba deportación de Estados Unidos.
El nuevo orden establece otras excepciones que no figuran explícitamente en las versiones anteriores: para los viajeros procedentes de esos países que sean residentes permanentes legales de Estados Unidos, los nacionales duales que utilicen un pasaporte de otro país y los que hayan obtenido el estatus de asilo o refugiado.
Es decir, cualquier persona que tiene una visa debe ser capaz de entrar en el país sin ningún problema. Aquellos cuyas visas están por expirar tendrán que volver a solicitar, aclararon las autoridades.
Los funcionarios también intentaron presentar una justificación de la seguridad nacional más sólida para la orden, alegando que era necesaria porque 300 personas que ingresaron al país como refugiados fueron objeto de investigaciones antiterroristas. Sin embargo, se negaron a decir de qué países vinieron esas personas, y no detallan el estatus migratorio actual de sus naciones.
Se trata de una de las más controvertidas promesas de campaña de Trump, de cerrar las fronteras del país al ingreso de potenciales “terroristas”.
Informe de Seguridad contradice a la medida de republicanos
Un informe del Departamento de Seguridad Nacional que evaluaba la amenaza terrorista planteada por personas de los siete países cubiertos por la prohibición original puso en duda la necesidad de la orden ejecutiva, concluyendo que la ciudadanía era un indicador de amenaza “poco fiable”.
El diario The Washington Pos publicó ayer que los países afectados rara vez han sido implicados en el terrorismo en EE.UU.
El funcionario del Departamento de Seguridad Interna, hablando bajo la condición de anonimato, criticó el informe como incompleto y no examinado con otras agencias. También afirmó que la administración no debería ser presionada por el poder judicial para revelar detalles delicados de seguridad nacional para justificar la prohibición.
“Esto no es algo que el Departamento de Justicia debería tener que representar ante un juez federal de distrito”.
Según el diario de la capital estadounidense, esta orden representa un intento por parte de la administración del republicano Donald Trump de reforzar los requisitos de seguridad para los viajeros de naciones que las autoridades consideran representan una amenaza terrorista.
Un intento más amplio -en su primer decreto del 27 enero- desató una multitudinaria protesta. Decenas de aeropuertos fueron ocupados y una ola de repulsa internacional se elevó contra la Casa Blanca. No obstante, fueron los tribunales quienes torcieron el brazo a Trump. Una corte federal suspendió la aplicación de la orden ante el riesgo de que, mientras se decidiese la cuestión de fondo, el daño que pudiese causar fuese mayor que sus beneficios.
Aunque la Casa Blanca manejó la idea de retirar la prohibición, la estrategia final fue defender la antigua orden en los tribunales y poner sobre la mesa una nueva, diseñada especialmente para sortear el escrutinio judicial, recalcó el diario El País de España. (I)