Trump ve "culpa de ambas partes" en acto racista de Charlottesville
Después de haber intentado apaciguar los ánimos, encoleriza: Donald Trump provocó una batahola el martes al afirmar que la responsabilidad por la violencia que sacudió a Charlottesville el sábado debería endilgarse "a las dos partes".
En una caótica conferencia de prensa concedida en la Trump Tower de Nueva York, el mandatario puso en el mismo plano a los miembros de la derecha supremacista que se dio cita en la pequeña localidad de Virginia (este) y a los manifestantes reunidos para denunciarlos.
Sus afirmaciones contradicen la solemne declaración que dio el lunes en la Casa Blanca, en la que denunció, tarde pero claramente, la inaceptable "violencia racista".
Una mujer de 32 años murió en Charlottesville cuando un simpatizante neo-nazi de 20 años, James Fields, embistió intencionalmente con su vehículo a los manifestantes anti-racistas.
De pié delante de los ascensores de su torre en Manhattan, Trump comenzó por decir que su primera declaración del sábado, muy evasiva, se debió a la escasa información de la que disponía.
"Cuando doy declaraciones, quiero ser correcto, quiero los hechos. Los incidentes acababan de ocurrir", dijo, para justificar su reacción en dos tiempos.
Pero ante la avalancha de preguntas, Trump volvió a justificar su primera reacción.
"Pienso que hay culpa de ambas partes", dijo Trump vengativo.
"Yo miré atentamente, mucho más atentamente que la mayoría de la gente. (En la manifestación) había un grupo de un lado que era agresivo y otro grupo del otro lado que también era muy violento. Nadie quiere decirlo", afirmó.
¿Qué decir de la 'Alt izquierda'?
"¿Qué decir de la 'izquierda alt' que atacó a la 'derecha alt' (término que designa a la derecha alternativa) como dicen ustedes? ¿No tienen ellos una parte de la responsabilidad? ¿Tienen un problema? Yo pienso que sí", lanzó.
"Yo critiqué a los neo-nazis, pero todos los que estaban allá no eran neo-nazis o supremacistas blancos, para nada", agregó, reiterando que fue "una jornada terrible".
Las declaraciones presidenciales fueron inmediatamente saludadas por David Duke, exlíder del Ku Klux Klan quien estuvo presente en Charlottesville.
"Gracias presidente Trump por su honestidad y valentía", afirmó en Twitter, agradeciéndole haber "dicho la verdad" y denunciado a "los terroristas de izquierda".
Al mismo tiempo, ambas declaraciones provocaron una ola de reacciones indignadas.
Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana por Florida, expresó su profundo desacuerdo. "¿Acusar a 'las dos partes' luego de Charlottesville?! No. La vuelta al relativismo cuando se habla del KKK, de simpatizantes nazis y supremacistas blancos? Claramente no", sentenció.
"Como judío, como estadounidense, como ser humano, no encuentro palabras para expresar mi disgusto y mi decepción. No es mi presidente", declaró el senador demócrata por Hawai Brian Schatz.
Trump aprovechó además para defender a su controvertido jefe de estrategia, Steve Bannon, figura de la derecha alternativa, diciendo: "Me gusta Bannon. Es mi amigo, es un buen hombre, no es racista", dijo, aunque dio a entender que su partida, fuente de intensa especulación desde hace varios días, no está excluida.
Subrayando que Bannon había llegado "tarde" a su equipo, dejó planear la duda sobre su futuro. "Veremos que pasará con Bannon", afirmó simplemente.
Según el New York Times, el poderoso magnate de los medios Rupert Murdoch, fundador de la cadena conservadora Fox News, exhortó recientemente a Trump a despedir a su veterano consejero.
Siguiendo el ejemplo de varios empresarios y como señal de protesta por la posición del mandatario ante los disturbios de Charlottesville, el presidente del principal sindicato estadounidense AFL-CIO, anunció su renuncia como consejero de Trump.
"No podemos sentarnos en un consejo con un presidente que tolera el sectarismo y el terrorismo nacional", señaló el martes Richard Trumka, que integraba el grupo de consejeros en temas industriales, luego de las declaraciones del presidente. (I)