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Ecuador, 29 de Diciembre de 2024
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Trump reaviva la tensión en Oriente Medio por Jerusalén

Un judío toca un Shofar cerca del Muro Occidental (izq.) y la Cúpula de la Roca (centro) en el complejo de la mezquita Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Un judío toca un Shofar cerca del Muro Occidental (izq.) y la Cúpula de la Roca (centro) en el complejo de la mezquita Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultima los detalles para anunciar su decisión de trasladar la embajada de Estados Unidos, en Israel, desde Tel Aviv hasta Jerusalén. Lo hará hoy, a pesar de las advertencias de líderes mundiales sobre los riesgos de provocar malestar en Oriente Medio y perjudicar los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.

Israel reclama la ciudad entera como su capital indivisible, mientras que los palestinos aspiran a que el este de la ciudad sea la capital de su futuro Estado. El estatus de Jerusalén se encuentra entre los problemas más difíciles por resolver en el conflicto palestino-israelí.

En medio de una ronda de diplomacia telefónica, Trump le dijo ayer al líder palestino, Mahmud Abas, y al rey jordano, Abdalá II, que el proyecto controversial, que conlleva el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, seguía en marcha, aunque no fijó una fecha.

Durante este diálogo, Abas advirtió a Trump de las “peligrosas consecuencias de tal decisión sobre el proceso de paz, la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo”, añadió la Autoridad Palestina en un comunicado.

El asesor presidencial palestino, Nabil Shaath, dijo que el traslado de la embajada estadounidense traería una “violencia horrible”, además de una ofensiva diplomática palestina que empezaría con la solicitud de una cumbre de urgencia de la Liga Árabe.

El mandatario jordano, por su parte, alertó a su par estadounidense del “peligro de tomar cualquier decisión fuera del contexto de una solución global que establezca un Estado palestino con Jerusalén Este como capital”. “Jerusalén es la clave para alcanzar la paz y la estabilidad en la región y en el mundo”, indicó en un comunicado.

Las advertencias y presiones para que Trump abandone la idea se multiplicaron ayer en Europa y Oriente Medio, entre otras la del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien señaló  que el estatuto de Jerusalén es una “línea roja para los musulmanes” y amenazó con suspender los lazos diplomáticos de Turquía con Israel.

Erdogan indicó que convocará una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en Estambul si Washington reconoce a Jerusalén como capital israelí.

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, expresó que los miembros del grupo se reunirían en El Cairo ante el “peligro de esta cuestión, si esto llegara a ocurrir, y a las posibles consecuencias negativas no solo para la situación en Palestina, sino también en la región árabe e islámica”.

Del lado europeo, el presidente francés, Emmanuel Macron, en conversación telefónica este lunes con su homólogo estadounidense, recordó que “la cuestión de Jerusalén deberá ser regulada en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, aspirando, especialmente, a la creación de dos Estados que vivan juntos en paz y en seguridad con Jerusalén como capital”.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, se mostró preocupada y pidió “evitar toda acción que mine una solución a dos Estados entre Israel y Palestina”.

La decisión, que hoy será comunicada en un discurso, es crucial. Pero incompleta. No incluye, según The New York Times, el desplazamiento inmediato de la legación diplomática a Jerusalén, un movimiento acordado por el Congreso en 1995, pero que por “seguridad nacional” postergaron desde entonces todos los presidentes, incluido Trump. La Casa Blanca argumenta que el motivo de este aplazamiento es logístico.

En cualquier caso, el paso, aunque sea simbólico, supone entrar en territorio hostil. No solo termina con una directriz mantenida durante décadas por Estados Unidos y sus aliados, sino que arruina, al menos en el corto plazo, los intentos del yerno y asesor presidencial, Jared Kushner, de forjar un acuerdo en Oriente Próximo y aunar a los países de mayoría suní, como Egipto, Arabia Saudí y Jordania, en la creación de un escudo antiiraní. (I)

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Washington prohibió los viajes a sus empleados

Washington prohibió ayer a los empleados del Gobierno estadounidense desplazarse a la Ciudad Vieja de Jerusalén por las manifestaciones palestinas anunciadas contra el proyecto de Donald Trump de trasladar la embajada, informó el departamento de Estado.

Esta prohibición también se aplica  a Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel y contiguo a Jerusalén, precisó. Solo se autorizarán los desplazamientos oficiales “esenciales” que tendrán medidas de seguridad adicionales, agregó.

El departamento de Estado también advirtió que “los ciudadanos estadounidenses deben evitar los sitios donde se congreguen multitudes y los lugares en que haya fuerte presencia policial o militar”.

El movimiento islamita palestino Hamás, por su parte, estimó que la intención de la Administración estadounidense de trasladar su embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén “cruza todas las líneas rojas” y lo acusó de respaldar los planes del Gobierno israelí destinados a “judeizar” Jerusalén.

El líder de la organización, Ismail Haniyeh, llamó a los palestinos a manifestarse este viernes, que proclamó como “día de la cólera”.

Haniyeh envió una carta a los líderes de los países árabes e islámicos, así como al secretario general de la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica, para que “no permitan” el traslado”.

“No permitiremos este complot, les advertimos contra cualquier decisión en ese sentido y llamamos a nuestro pueblo a reavivar la intifada (rebelión de los palestinos contra Israel). (I)

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