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27,3 millones de latinos votarán

Trump no se comprometió a aceptar derrota

El candidato presidencial republicano, Donald Trump (izq.), se enfrenta a la demócrata Hillary Clinton durante el tercer debate presidencial de EE.UU. en el Thomas & Mack Center en Las Vegas, Nevada.
El candidato presidencial republicano, Donald Trump (izq.), se enfrenta a la demócrata Hillary Clinton durante el tercer debate presidencial de EE.UU. en el Thomas & Mack Center en Las Vegas, Nevada.
Foto: AFP
21 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción y Agencia AFP

Las Vegas.-

En el último debate presidencial estadounidense entre Hillary Clinton y Donald Trump, el candidato republicano dijo que la noche del 8 de noviembre verá si acepta o no el resultado de las elecciones porque teme un fraude en su contra. Esta advertencia es inédita en la historia de la carrera por la presidencia de Estados Unidos, ya que por tradición política el candidato perdedor acepta su derrota y respalda al ganador antes de que este salga al podio de su partido.  

El tercer careo se realizó la noche del miércoles en la Universidad de Nevada, en Las Vegas, y los 90 minutos que duró fueron moderados por el periodista Chris Wallace, de la cadena Fox, cuyo fundador, Roger Ailes, asesoró al magnate inmobiliario para el encuentro.  

De entrada el ambiente era hostil y se lo visualizó a su ingreso ya que ambos saludaron al público y no se estrecharon las manos, aunque tampoco lo hicieron al final como en el primer debate. En la jornada ambos ofrecieron un contraste más claro en las direcciones que tomarían el país; dieron distinciones importantes sobre la economía, la Corte Suprema, el comercio, el terrorismo, la inmigración y las cuestiones sociales candentes, como el aborto y las armas, aunque los insultos tampoco faltaron entre ellos el de Trump, quien calificó a Hillary como “mujer asquerosa” y el de la demócrata que lo acusó de ser “una marioneta” del presidente ruso, Vladimir Putin, al que el republicano declaró su admiración.

A diferencia de los dos primeros encuentros, la disciplina de Trump estuvo más calmada y dio señales de mejor preparación, que puso, incluso, en apuros a Hillary, que aunque no brilló, estuvo sólida. No obstante, todo se fue por la borda  cuando no se comprometió a reconocer el resultado de la elección, en contradicción, incluso, con su compañero de fórmula, Mike Pence.

Aunque autoridades y expertos dudan de la posibilidad de un fraude masivo de votos en el descentralizado sistema electoral estadounidense, el inversionista observa un “sistema manipulado por los donantes” de Clinton, a quien tacha como una política corrupta y deshonesta.

Sobre este tema, dos días antes del tercer encuentro de los candidatos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de “irresponsables” y “sin precedentes” las denuncias del republicano  y le aconsejó que “deje de lloriquear” y se concentre en ganar votos con sus propuestas. El magnate ya tiene fama de no reconocer sus derrotas, incluso en julio de 2015 se negó a comprometer su apoyo ante la eventual pérdida en las primarias republicanas.

Tras el último debate una encuesta de la CNN dio por ganadora a Hillary con el 52% contra 39% de Trump. La dinámica de la carrera presidencial se invirtió desde el primer encuentro del 26 de septiembre. Entonces, Trump encabezaba los sondeos frente a Clinton, quien ahora gana, incluso, en los estados tradicionales de republicanos, como Georgia, Arizona y Utah.

Asimismo, se notificó que es la primera vez que se habilitó un alto porcentaje de latinos para votar -27,3 millones, 12% del total-. La encuestadora Pew Research Center indicó que si bien el 58% de los latinos sufragarán por la demócrata, el 19% lo hará por el republicano, atraídos por su perfil de hombre de negocios exitoso, entre otras cosas.

Los republicanos se resignan

La postura retadora de  Trump de no aceptar los resultados difícilmente lo ayudará a cerrar con un buen porcentaje en las encuestas. El dardo contra la confianza en el proceso electoral, pilar de dos siglos de democracia estadounidense, solo podrá dificultar más su relación con la dirigencia republicana.

Por su parte, el jefe del partido, Reince Priebus, contradijo a su candidato en el canal MSNBC e indicó que su angustia se cuela en perder el control del Congreso, ya que las elecciones legislativas tendrán lugar el mismo día que las presidenciales.

Robert Erikson, politólogo de la Universidad de Columbia, señaló que “la pregunta es cuál será el efecto en los candidatos republicanos al Senado, la Cámara de Representantes y otros cargos”.

Luego de concluir la jornada los dos candidatos tenían previsto asistir a la cena de caridad Alfred Smith, en Nueva York, una tradición en la que los aspirantes pueden bromear en un ambiente más distendido. (I)

SOBRE EL DEBATE PRESIDENCIAL

Las mesas redondas son organizadas por la Comisión de Debates Presidenciales, que gestiona las presidenciales desde 1988. Los dos primeros encuentros de esta elección tuvieron lugar el 26 de septiembre y el 9 de octubre. El frente a frente entre vicepresidentes fue el 4 de octubre.

El moderador del encuentro Chris Wallace es presentador del programa Fox News Sunday con casi 30 años de experiencia. El comunicador cubrió las elecciones de 2012 y se lo conoce por sus preguntas incisivas y su agresividad interrogativa tanto a demócratas como a republicanos. Obtuvo tres premios Emmy en su carrera.

El público fue conformado exclusivamente por estudiantes de la Universidad de Nevada, en Las Vegas. Al contrario que en los otros debates, ni profesores, ni exalumnos pudieron ingresar. Los candidatos solo fueron acompañados por sus familiares y sus asesores. (I)

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