La norma pide una estricta aplicación de todas las leyes que rigen la entrada al país de trabajadores extranjeros, con el propósito declarado de crear mayores salarios y tasas de empleo para los nacionales.

Tal postura está en consonancia con su lema de campaña 'Make America Great Again' (Hacer a Estados Unidos grande otra vez), el cual sustenta una retórica vista como nacionalista y proteccionista que se ha mantenido en los primeros meses de su administración.

Por medio de la orden de este martes se busca reforzar las protecciones de ciertas mercancías fabricadas en esta nación y se llama a una revisión del programa de visas H-1B para trabajadores calificados, con el objetivo de reformarlo.

Bajo ese mecanismo se admiten unos 85 mil profesionales foráneos al año, muchos de ellos en los sectores industrial, de alta tecnología, médico y científico.

Trump expresó que el decreto es una manera de "restaurar el sueño americano" y un medio para terminar con el "robo de la prosperidad" del país, de la cual responsabilizó a la mano de obra inmigrante que recibe bajos salarios.

Según el gobernante republicano, las visas H-1B deberían incluir solo a los candidatos más calificados y mejor pagados, y nunca usarse para reemplazar a los trabajadores estadounidenses.

Mientras tanto, el titular del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez, quien realiza una gira por varios estados junto al senador independiente Bernie Sanders, consideró que la firma de la nueva orden muestra hipocresía por parte del presidente.

Durante un acto celebrado en Maine, el líder de la formación azul consideró que en lugar de decirle a la gente que compre y contrate en Estados Unidos, el jefe de Estado podría comenzar por sus propios negocios.

Pérez mencionó, por ejemplo, que la compañía de Ivanka Trump, hija del mandatario, recibió recientemente mercancías desde Singapur a través de los puertos del Pacífico.