Clinton y Trump ganan y se acercan a nominación presidencial
El aspirante presidencial republicano Donald Trump conquistó este martes las primarias en tres estados vitales, incluido Florida, bloqueando los intentos del partido de detener su marcha a la Casa Blanca, y sepultando las aspiraciones de Marco Rubio.
Hillary Clinton, por su parte, dio otro salto hacia la nominación del partido Demócrata con tres claras victorias: Florida, Carolina del Norte y Ohio, en un nuevo 'supermartes' de primarias para las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
Trump, el magnate inmobiliario de retórica beligerante contra los inmigrantes latinos clandestinos, ganó con contundencia en Florida, y de esa forma se quedaría con los 99 delegados del partido en ese estado del sureste estadounidense con una fuerte población de origen latinoamericano.
Ese triunfo, unido a otros en Illinois y en Carolina del Norte (también ganó en el archipiélago estadounidense de las Marianas del Norte) casi le garantizaban una noche perfecta a Trump, pero John Kasich logró una necesitada victoria en su estado de Ohio para obstaculizar el ascenso del magnate.
Kasich, el nuevo antiTrump
"Debemos unir a nuestro partido", lanzó Trump en Palm Beach (Florida), antes de seguir con su tradicional discurso sobre la "cólera" que atraviesa a Estados Unidos y proyectarse como una víctima de la "publicidad negativa" de sus rivales.
Luego que los resultados en Florida fueron anunciados, Rubio, el senador de origen cubano por ese estado, anunció su retiro de la carrera, sin que su discurso optimista pudiera conquistar los votos de un electorado iracundo con la clase política.
"Aunque no es el plan de Dios que yo sea presidente en 2016 o quizás nunca, y aunque hoy mi campaña está suspendida, el hecho de que yo haya llegado tan lejos es prueba de cuán especial Estados Unidos realmente es", dijo Rubio a sus seguidores en Miami.
Rubio es un "candidato muy excepcional", dijo Peter Fleites, un cubano-estadounidense de 65 años, que se presentó a votar en una iglesia luterana del moderno barrio de Brickell de esa ciudad portando un marco de fotografía en las manos, en señal de apoyo al senador.
En Ohio, otro premio grande de la noche, Kasich - el gobernador del estado - derrotó a Trump y se llevó los 66 delegados en juego.
Sin Rubio en la escena, Kasich se encamina a ser la última esperanza de las élites republicanas para detener al millonario.
"La pregunta ahora es, podrá seguir obteniendo donaciones y puede construir una organización" de campaña, dijo a la AFP, Paul Beck, profesor de la Universidad Ohio State.
Queda otro aspirante en el ruedo: el senador ultraconservador Ted Cruz.
Pero Trump, el hombre de negocios de Nueva York por el que nadie apostaba un centavo hace nueve meses, se acerca un poco más a su objetivo: portar los colores del partido Republicano en las presidenciales del 8 de noviembre.
"Cuesta arriba para Bernie"
La jornada fue exitosa para Hillary Clinton, quien, tras caer derrotada en primarias ante Barack Obama en 2008, espera esta vez convertirse en la primera mujer en la Casa Blanca.
"Nos acercamos a asegurar la nominación del partido Demócrata y a ganar esta elección en noviembre", dijo la exprimera dama ante un foro repleto de seguidores.
Sus triunfos en Florida, Carolina del Norte y Ohio complican las aspiraciones de Bernie Sanders, el combativo senador que sigue desafiando el favoritismo de Clinton.
Para acortar la desventaja que lo separa de Clinton, a Sanders no le alcanza con ganar, sino que tiene que hacerlo por un enorme margen, a medida que se reducen los estados.
"Se vuelve muy cuesta arriba para Bernie Sanders", dijo a la AFP, Dennis Goldford, profesor de ciencia política de la Universidad Drake.
El mundo está mirando
Al fin de la jornada, ningún candidato garantizará la nominación de sus partidos, pero los favoritos deberían terminar con una idea de cuándo podrían alcanzar la meta.
Trump acumula casi la mitad de los 1.237 delegados necesarios para llegar a la nominación, mientras que Clinton ya superó ese umbral.
El presidente Barack Obama, por su lado, denunció de nuevo, sin nombrarlo, a Donald Trump y el tono de su campaña electoral.
"Hemos escuchado una retórica vulgar y divisiva orientada a mujeres, minorías o personas que no se parecen a nosotros o que no rezan como nosotros", dijo el mandatario, advirtiendo que la "marca americana" está en el tapete.
"Las personas alrededor del mundo están mirando. El tono y el tenor del debate tiene un impacto en cómo la gente en el mundo ve a Estados Unidos", añadió.