El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta una reacción mediática y política contra su decisión de nombrar al presidente de la campaña Stephen K. Bannon  como el futuro jefe estratega de la Casa Blanca. Esta determinación es considerada como el primer reflejo de que solo le dará poder a personas nacionalistas blancas.

Tras la noticia, grupos de presión integrados por defensores de derechos humanos y demócratas del Congreso denunciaron a Bannon como un defensor de las opiniones racistas, antisemitas y misóginas del nuevo mandatario. Trump también notificó el domingo que el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, fue nombrado su jefe de personal, el cargo más importante de su gabinete.

Adam Jentleson, portavoz del líder de la minoría del Senado, Harry Reid, recalcó que la elección de Stephen Bannon como su principal asistente indica que los supremacistas blancos estarán representados en los niveles más altos de la Casa Blanca de Trump.

La Organización No Gubernamental (ONG), Southern Poverty Law Center (Centro legal para la pobreza sureña) publicó en su portal que “es fácil ver por qué el KKK (Ku Klux Klan, movimiento que promueve la xenofobia, racismo y el anticomunismo) ve a Trump como su campeón cuando él nombra a uno de los principales promotores de temas de la supremacista blanca y la retórica como su principal ayudante. Bannon era el principal impulsor del portal Breitbart, medio que difundió una propaganda blanca etno-nacionalista”.

El diario The Wasington Post publicó que Jason Miller, portavoz de Trump, acusó a los críticos y a los medios de comunicación de tratar de “dividir a la gente” cuando plantean preguntas sobre las opiniones y la historia de Bannon. Asimismo, minimizó los cuestionamientos sobre los conflictos de interés que puede enfrentar la Organización Trump en la que trabajan tres de los cinco hijos del magnate inmobiliario.

Los 3 herederos Trump

Los tres hijos adultos del nuevo mandatario, Ivanka, Donald Jr. y Eric Trump, integran el comité ejecutivo de su equipo de transición. Ellos también podrían gestionar los activos del republicano cuando asuma el poder, el 20 de enero de 2017.

El imperio de Trump genera  cuestionamiento sobre posibles conflictos de interés, ya que las decisiones que tome como presidente podrían beneficiarlo a él o a su familia a nivel financiero a menos que se cree un fideicomiso tradicional, que delega en un tercero la gestión de los activos.

El mandatario electo tiene participación directa en más de 500 compañías, según su declaración a la Comisión Federal Electoral. La plena extensión de sus activos e ingresos aún no está clara porque se negó a publicar sus declaraciones tributarias, alegando que son auditadas por el fisco. Los nombres de sus empresas indican que tiene negocios vinculados a Brasil, Canadá, Israel, Dubái, Egipto, India, Filipinas, Sudáfrica, Gran Bretaña e Indonesia.

Reince Priebus, su recién designado jefe de personal, indicó en una entrevista con la ABC que Trump en sus primeros 100 días de gestión abordará el tema de la inmigración ilegal, recortará impuestos, cambiará la ley de cobertura sanitaria adoptada por el mandatario Barack Obama y analizará la política extranjera del país.

Deportación de migrantes

La confirmación de los planes de Donald Trump sobre las deportaciones masivas -que prometió en su campaña a la presidencia de EE.UU.- se trató el domingo en una entrevista con Lesley Stahl durante el programa ‘60 Minutes’ de la cadena estadounidense CBS.  

“Lo que haremos es que vamos a echar del país o vamos a encarcelar a todos los que tienen antecedentes criminales, traficantes de drogas, miembros de bandas, probablemente dos millones, podrían ser hasta tres millones. Los vamos a sacar del país. Están aquí ilegalmente”. Una vez que deporte a esos inmigrantes con historial criminal, y que su gobierno establezca lo que llamó una “frontera segura”, el magnate decidirá la manera como procederá con las otras personas sin documentos.

En referencia a las manifestaciones en 30 ciudades, dijo que son personas que no lo conocen y les recomendó que “no tengan miedo, en absoluto”. Contrario a su discurso de campaña exigió el fin de los actos violentos contra los hispanos, afroamericanos y la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales), colectivos que aumentaron registro de agresiones tras su triunfo.

El millonario también aseguró en la entrevista que renunciará al salario de $ 400.000 anual como presidente de EE.UU. y que solo cobrará $1, la cantidad mínima que debe aceptar por ley. Finalmente, señaló que reconsiderará enjuiciar a la demócrata Hillary Clinton (con quien disputó las elecciones), ya que no quiere “dañarla”. (I)