Trump elimina a Rubio pero no conseguirá la mayoría de delegados republicanos
El magnate Donald Trump avanza imparable hacia la nominación presidencial del Partido Republicano en las primarias de Estados Unidos. Consiguió imponerse de forma clara el martes en 3 de los 5 estados que celebraban primarias, pero hay un triunfo especialmente significativo: Florida. Con la contundente victoria que ha logrado en esta plaza, el millonario logró un doble objetivo. Por un lado, sumó un importante número de delegados para alzarse con la candidatura y, por otro, eliminó de la carrera presidencial al senador de Florida, Marco Rubio, el aspirante en el que las élites republicanas confiaban para frenar al showman.
“Tras esta noche, está claro que no estamos en el lado ganador, este año no estaremos en el lado ganador”, admitió Rubio al anunciar su renuncia ante seguidores en Miami.
Las primarias se celebraron en Florida, Ohio, Misuri, Carolina del Norte e Illinois, pero el foco de atención estaba en el primer estado. Y los resultados confirmaron lo que las encuestas pronosticaron hace semanas, desatando los miedos de los republicanos que ven con espanto cómo un político advenedizo, que en su momento apoyó a los demócratas y que en su ideario mezcla un discurso radical muy inclinado a la derecha con planteamientos más liberales, avanza sin freno hacia la nominación.
Sin embargo, Trump sabe que una gran parte del liderazgo de su partido, el republicano, fundado en 1854, no lo quiere. La cúpula, pese al paso arrollador que lleva en las elecciones primarias y caucus estatales, aspira a que finalmente no resulte nominado como candidato oficial a la presidencia de Estados Unidos. Todo quedará dilucidado en la convención del partido que se realizará entre el 18 y el 21 de julio en Cleveland, Ohio.
Por eso Trump advirtió ayer que si su partido lo ignora y no lo elige como el candidato oficial, podrían ocurrir ‘disturbios’ pese a haber ganado la mayoría de los comicios primarios. “Represento a una cantidad enorme, millones de personas”, declaró el empresario a la CNN. “Estamos por delante de todos (los otros candidatos). No creo que alguien pueda decir ahora que no somos capaces de conseguir (la nominación partidaria) automáticamente”.
El empresario, que nunca ocupó un cargo público, domina la campaña presidencial republicana apoyado en un estilo incendiario y una inesperada popularidad que atrae a millones de estadounidenses. De acuerdo con Trump, sus seguidores están enfurecidos con un sistema político y económico que consideran diseñado para perjudicarlos. “Son personas que nunca votaron antes, porque no creen en el sistema, o no les gustan los candidatos. Tienen 40, 50, 60 años y nunca votaron. Recibo personas que son independientes o demócratas”.
Pero a pesar de su presencia constante en los noticieros y sus victorias electorales, diversos analistas señalan que Trump no logrará conseguir los 1.237 delegados necesarios para garantizar su nominación partidaria. Al momento tiene 661.
Esta situación necesariamente conducirá a un complicado proceso de negociaciones a puertas cerradas durante la convención republicana, en que el escogido para representar el partido en las elecciones de noviembre podría ser otro aspirante.
“Por eso, si dicen ‘mira, lo siento, pero te faltan 100 votos, aunque al otro le falten 500 votos’, creo que tendremos problemas nunca vistos antes. Pienso que podrían pasar cosas desagradables, realmente”, advirtió Trump en CNN.
El aspirante aseguró que él mismo no estaría “al frente de una cosa así, pero pienso realmente que podrían pasar cosas malas”.
John Kasich, que el martes ganó la primaria en Ohio, emitió ayer una nota oficial a los electores republicanos donde aseguró que ninguno de los candidatos en carrera conseguirá los 1.237 delegados y que era necesario unir al partido.
La última vez que un republicano ganó la presidencia fue George W. Bush en 2004. En esa elección triunfó con el 44% del voto hispano, cerca del 10% del voto afroamericano y una pequeña mayoría del voto blanco.
Si Trump es finalmente nominado es probable que reciba un 10% del voto hispano, el 1% de los votos afroamericanos y necesitaría por tanto alrededor del 70% de los votos blancos, algo que ni Ronald Reagan alcanzó cuando en 1984 consiguió la victoria en 49 estados y logró una victoria aplastante contra Walter Mondale, señala Daniel Runde, exasesor de política exterior del gobernador Romney durante la campaña presidencial de 2012.
Runde añade que si Trump es nominado, la demócrata Hillary Clinton tiene su victoria asegurada en las elecciones de noviembre. (I)
Hillary Clinton va rumbo a la nominación
La demócrata Hillary Clinton salió reforzada de las elecciones primarias del martes. La ex secretaria de Estado venció en 4 de las 5 votaciones frente a su rival, el senador socialista Bernie Sanders. La victoria que más valor tiene es la de Ohio, por ser un Estado clave en las elecciones y demográficamente similar a Michigan, donde Clinton sufrió una inesperada derrota la semana pasada.
Clinton se impuso también en Carolina del Norte, Florida y, por un margen estrecho, en Illinois. En Misuri, la igualdad era máxima: Clinton contaba con el 50% de los votos frente al 49% de Sanders, según el 99% escrutado de la votación.
Ohio, donde ya ganó en 2008 frente a Barack Obama, permite a Clinton sacudirse el temor a que la clase trabajadora blanca sea un monopolio de Sanders. El senador aspiraba a cobrar impulso en el llamado Rust Belt -el cinturón posindustrial del norte de Estados Unidos golpeado por deslocalizaciones empresariales y declive demográfico- gracias al discurso contra el libre comercio. Ese discurso le sirvió para ganar en Michigan y evidenciar la ambigüedad de Clinton en política comercial. Pero le fue insuficiente en Ohio e Illinois.
“Estamos más cerca de garantizar la nominación del Partido Demócrata y ganar estas elecciones en noviembre”, dijo Clinton en un discurso en Florida tras vencer en ese Estado. Clinton ha ganado 17 estados frente a los 9 de Sanders. (I)
Obama rechaza el tono 'vulgar' de la campaña
El mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, denunció el tono ‘vulgar’ de la campaña electoral, en referencia, aunque sin nombrarlo, a Donald Trump, quien es acusado de alimentar una atmósfera tóxica en torno a las elecciones.
“Hemos escuchado discursos vulgares y fuentes de división que afectan a las mujeres, a las minorías”, declaró Obama durante un encuentro con legisladores el martes, y recordó que esos discursos tienen un impacto mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Destacó: “¿Quiénes somos?, ¿cómo se nos percibe en el mundo? El mundo está atento a lo que decimos y a lo que hacemos”. (I)